El reconocido director Ridley Scott hizo equipo con la diseñadora Janty Yates y el experto en vestuario militar, David Crossman, para crear el increíble vestuario de su más reciente película, Napoleón.
Por Amaury Echenique. Fotos: cortesía.
El equipo de trabajo de la diseñadora Janty Yates se convirtió en un verdadero ejército para poder crear el innumerable vestuario que vimos en este biopic que narra aspectos personales y militares del famoso emperador. Tuvo que desarrollar estrategias y tácticas para la exhaustiva investigación y la impecable confección de cada una de las piezas.
Fueron miles de uniformes, trajes civiles y conjuntos finamente decorados para el multitudinario elenco encabezado por Joaquín Phoenix, como Napoleón y Vanessa Kirby, como Josefina.
Un árduo proceso
“Te despiertas a las 3:00 a.m. aterrorizado y muy preocupado de que todo se haga según el cronograma. Además, quieres que luzca hermoso, porque es Napoleón”, dijo Crossman, creador de más de 4.000 uniformes y quien además colaboró en la mítica escena de la coronación.
Yates y Crossman hicieron una profunda investigación en varios museos y sitios históricos como el Castillo de Fontainebleau; el Musee de L’Emperi, con sus grandes depósitos de uniformes militares; el Museo Británico; el Museo de Victoria y Alberto; y el Castillo de Malmaison, donde Josefina murió en 1814.
“El director Scott no nos pidió que el vestuario tuviera un rigor histórico, pero ante la cantidad de hermosas pinturas que reflejan la época napoleónica, era imposible que no nos ciñéramos a esa guía para no caer en disfraces de mal gusto”, dijo Yates.
Los diseñadores y su equipo estudiaron con detalle piezas originales usadas por Napoleón y Josefina y también tomaron prestados abrigos y pantalones reales de la Revolución Francesa para hacer patrones y copias que usaron en la producción.
Una de las cosas que más les preocupaba era reproducir el famoso sombrero bicornio, porque Phoenix no usa prendas de fieltro o lana, debido a su aversión hacia cualquier cosa hecha con materiales de origen animal. “Si el sombrero fuera sintético, se vería terrible. Luego nos topamos con una corteza de árbol procesada, que se parece mucho al fieltro y tiene una textura interesante”, dijo Crossman.
En promedio vestían entre 300 y 400 actores por día y en algunas ocasiones hasta 900, para las escenas más grandes que incluían múltiples unidades del ejército de diferentes países.
Más de cien vestuaristas
Todo este trabajo requirió de un equipo de vestuaristas de casi cien personas, además de costureros y artesanos de diferentes países que crearon textiles únicos y exclusivos para la producción.
Una de las escenas más exigentes fue la coronación que en la realidad tuvo lugar en Notre Dame en 1804 y fue representada en la obra pictórica de 1807 de Jacques-Louis David “La coronación de Napoleón” y que resume en todo su esplendor el Imperio Napoleónico.
“La escena era bastante grande porque copiamos literalmente vestido por vestido del cuadro y creo que las capas que hicimos para Joaquín y Vanessa como Napoleón y Josefina tienen exactamente la misma longitud y el mismo bordado del cuadro”, dijo Crossman.
Los trajes militares y de coronación necesitaron meses de trabajo manual para lograr tan exquisitos bordados. Crossman y Yates empezaron la confección meses antes del rodaje y el casting por lo que tuvieron que ajustarlos posteriormente a la medida de cada actor y actriz.
Sobre Janty Yates
Janty Yates es una diseñadora británica de vestuario de cine y televisión. En 2001 ganó el Premio Óscar al mejor diseño de vestuario por la película Gladiador. También ha recibido nominaciones a los premios BAFTA, Saturn y Satélite. Es una colaboradora frecuente del director inglés Ridley Scott con quien ha trabajado en 15 ocasiones.