Diana Crump, directora creativa, se inspiró en la idea de cultivar un jardín interior para salir al exterior empoderada en power suits estampados o de colores sólidos. Las flores de granadilla y las hojas de alocacia les dieron esa conexión con la naturaleza, que es uno de los pilares de la firma.
Por: Juliana Villegas. Fotos: Cámara Lúcida.
Un esmoquin negro como la noche, hecho de crepé, fue el arranque elegido por Diana Crump, directora creativa de Atelier Crump, para presentar su colección The Garden (El jardín) durante el pasado Bogotá Fashion Week.
Este comienzo tiene una razón de ser: la diseñadora quería volver a sus raíces; es decir, a la sastrería tradicional, a través de power suits estampados, con apliques o de colores sólidos.
A la vez hacer realidad su sueño de abrir un desfile con la legendaria pieza que llevó James Bond a la fama en sus películas.
Un jardín interior
El oscuro comienzo también hace referencia al punto de inspiración de la propuesta: la idea de un jardín interior que a veces amanece espectacular, prístino, luminoso y florecido, y otras lleno de maleza y sombrío.
“Hay que entender que este tiene ciclos y que la vida te enseña, al menos en mi experiencia, a cultivarlo, podarlo y cuidarlo”, aseguró la creadora.
Este jardín florecía por momentos en trajes de dos piezas, a través de apliques de flores de granadilla elaboradas a mano por artesanos del Valle del Sibundoy en Putumayo.
También con estampados en forma de hojas de alocacia, ilustradas por Diana Escobar o con el ya clásico print botánico de la marca, autoría de la ilustradora Lisa Anzellini.
“La intención era honrar esta idea de jardín que tiene mucho que ver con el ADN de la marca, que es la conexión con las plantas y la naturaleza”, explicó Crump.
Sus armaduras de poder
Cuando no se mostraba en el exterior, el jardín podía verse en el interior de los trajes. “Esto nace del concepto de que cuanto más enraizado y profundo sea el trabajo en mi jardín interior, más poderosa puedo salir al mundo con estos power suits”.
Para Diana, son armaduras de poder, algunas con siluetas skinny y otras oversized, en especial en blazer y pantalones de prenses.
Los materiales elegidos fueron el lino y el algodón, además del crepé y poliéster reciclado (blusas), en tonos como verde, negro, marfil, rosa fuerte, beige, taupé y azul.