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Mucha gente habla de los NFTs y de todo lo que está pasando en el famoso Metaverso, ese universo virtual en el que, como la Matrix, se puede superar al mundo físico. Para entender un poco más sobre esto, invitamos a Alvaro Emiliani, un artista y analista de la Cultura Pop que ha investigado mucho sobre este tema.

Por Alvaro Emiliani. Fotos: Depositphotos y archivo particular

¿Alguna vez has comprado algo porque esta de moda? Piénsalo…Siempre he considerado las tendencias como algo que intenta seducirte y conquistarte para que hagas cualquier cantidad de cosas o luzcas de cierto modo. Algunas lo logran otras no, unas vienen y van, otras permanecen y se trasforman, pero siempre son un reflejo de una sociedad y un indicio sobre su futuro. Tendencias han existido muchas como los croptops, la ropa sin género, los live action de caricaturas entre otras, ejemplos hay muchos.

¿Pero cómo saber si una tendencia es el principio de algo más grande o simplemente es pasajera? Un indicio de que una tendencia es la puerta hacia una nueva dirección es si es nombrada la palabra del año para el Collins Dictionary, uno de los más importantes en inglés que afirmó que la palabra NFT fue la más importante de 2021.

Los monos mutantes han sido unos de los NFTs más exitosos y se ha llegado a pagar medio millón de dólares por cada uno.

Estuvieron entre lo más buscado, lo más ofertado, lo más vendido y lo más disruptivo online. Y yo que pensaba que cuando se trataba de siglas famosas en la era digital nada le ganaba a WIFI pero cuando te das cuenta de que la sigla NFT está en titulares políticos, los trending topics de Twitter, Google Trends, que son parte del menú de McDonald’s, las vitrinas de Prada y en los reels de Instagram de Paris Hilton y Maluma, descubres que está muy cerca de ser tan popular como mi primera opción. Se venden por miles de dólares o por un par, son cool y han hecho millonarios a varios de un día para otro.

Balenciaga es una de las firmas de lujo que más ha incursionado en sus colecciones NFTs

NFT es la abreviatura de non fungible token, en español se les llama objetos no fungibles, pero para mejor entendimiento me gusta referirme a ellos como objetos únicos, irrepetibles y por tanto coleccionables, una palabra clave de este tema.

Internet está lleno de crónicas de cómo se creó el primero de ellos en 2014 y que hoy vale unos ocho millones de dólares. Una pieza gráfica hexagonal animada que gracias a la tecnología blockchain logró revirtuar el arte digital. Si las blockchains y las criptomonedas lograron descentralizar la economía, los NFTs le permitieron al arte digital, sus fanáticos y creadores, tener un modelo de negocio más rentable, que exaltaba su valor como pieza única y coleccionable.

Pequeños gigantes

Los NFTs son contratos digitales, títulos de propiedad que son almacenados y avalados por la famosa cadena de bloques. Tener uno es tener la posesión de un activo digital. Todo esto sucedió dentro del ecosistema cripto, una comunidad muy bien segmentada y visionaria que, así como vio un futuro económico descentralizado, vio en estos tokens valor emotivo y económico, porque recordemos las palabras clave: coleccionable e irrepetible. Dos atributos de estos pequeños gigantes que han hecho algunos de ellos cuesten más que unas bragas usadas por Marilyn Monroe en las casas de subastas hoy en día.

El “arte” de coleccionar

Pero en 2014, con la comunidad cripto como objetivo y un marketing emocional, soportado por la primicia de la escasez de unidades y la urgencia de la gente por tenerlos, las cosas empezaron a tomar un ritmo rápido. Yo no he comprado un NFT, aun, pero he vivido en carne propia el deseo, la ansiedad, la urgencia y el valor emocional que puede llegar a tener algo que quieres, lo que eres capaz de hacer e invertir por conseguirlo y tengo una anécdota que prometo es relevante para este tema.

Tenía nueve años y en mi mochila había más laminitas de Caballeros del Zodiaco que colores. Cada recreo nos juntábamos más de la mitad del salón a negociar, intercambiar, rogar y vender esas láminas con el fin de completar la colección, de tener activos que nos ayudaran en próximas negociaciones y nos acercaran a las láminas doradas, de esas que había pocas y daban estatus a tu colección, a ti como negociante y cazador de spots de venta. Recalco teníamos 9 años y negociábamos con vendedores de 45 años y otros estudiantes entre 7 y 16 años. Éramos un nicho bien segmentado que funcionábamos bajo la presión de la urgencia, la oferta limitada y la adrenalina de conseguir ese objeto de deseo, los mismos valores que profesa la corriente NFT en su razón de ser. Nos volvíamos locos como aquellos primeros compradores de estos tokens.

El ya legendario mono hizo “alianza” con la firma Adidas.

NFTs de todo y para todos

Objetos únicos, coleccionables que puedes conseguir sin tanta burocracia. Poco después del primer NFT llegaron nuevos creadores que utilizaron a la comunidad cripto para impulsar este nuevo objeto del deseo. Cryptokitties y Criptopunks, son algunos de los más populares creadores que con su marketing de urgencia y coleccionabilidad han logrado vender contratos de propiedad de sus piezas por miles y miles de dólares logrando acaparar la atención de interesados en comprar como prensa interesada en hablar sobre esta nueva e inusual forma de negocio que generaba transacciones millonarias. Con los años y el crecimiento de la comunidad cripto, la aceleración de la era digital y la viralidad del contenido, los NFT tomaron fuerza por cuando se trata de activos digitales en la era digital, todo parece ser ene-efe-teable, desde un meme hasta un twit, pasando por fotos y videos virales.

Lo mejor estar por venir

Los NFTs pasaron de ser un boom de nicho a un kaboom en la cultura pop con historias por doquier de millonarios instantáneos que compraron por par de dólares y re vendieron por miles a personajes como Justin Bieber y Steve Aoki. Shakira los usa para recaudar fondos para su fundación, Coachella regala entradas gratis a sus festivales por la compra de los suyos y políticos los usan en sus campañas para echarse al bolsillo a la generación Z. Lo que en 2014 buscaba acuerdos justos para el arte digital y darle una nueva dimensión a la blockchain, en 2022 es una tendencia tan popular como lo fue “Despacito” y los duetos en spanglish, los pantalones descaderados o los álbumes de Caballeros del Zodiaco. Es inevitable preguntarse ¿son los NFTS lo que esta IN esta primavera/verano, un nuevo sueño de ser millonarios o son la puerta a un nuevo modelo de negocio, más justo y descentralizado?

NFTS, ¿tendencia o señal de cambio?

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