Tres conferencias sobre tendencias 2021 de las presentadas en Colombiamoda 2020 coinciden en cuatro grandes temas: el regreso a una moda más simple y sensorial; el encuentro entre el mundo natural y el digital; un diseño más utilitario, optimizado y adaptativo, y un lujo visto desde lo retro y lo artesanal.
Por Juliana Villegas
La moda es una de las industrias que más rápidamente reacciona ante los eventos externos, en especial si son de influencia global, como la pandemia. Y eso quedó claro en los informes de tendencias que ofrecieron diferentes compañías especializadas en el tema en el mundo, como Fashion Snoops (que tiene una alianza con Inexmoda), Next Lab (el laboratorio interdisciplinario de Lafayette) y el Stijlinstituut de Amsterdam, durante la edición número 31 de Colombiamoda, la Semana de la Moda Digital, en el Pabellón del Conocimiento.
Cada empresa tiene una forma de bautizar cada concepto general, que engloba paleta de colores, materiales, siluetas y detalles de diseño, pero hay cuatro temas en los que todas coinciden: el retorno a una moda más simple y sensorial; el encuentro entre el mundo natural y el digital; un diseño más utilitario, optimizado y adaptativo, y el lujo visto desde lo retro y lo artesanal.
El retorno a una moda más simple y sensorial
Fashion Snoops habló en su informe de Sentimientos Culturales para referirse a lo que viene para el otoño-invierno 21/22, y el que corresponde a este concepto es la Bondad. “Creemos en la bondad y eso nos da una esperanza sobre el futuro”, decía palabras más palabras menos la presentación. Esto significa que el ser humano ha empezado a entender que depende de los otros, que no hay nada más que el momento presente y que para vivir no es imprescindible tener mucho.
En esta tendencia hay una preferencia por materiales de origen natural (lino y algodón), de tacto suave, como el terciopelo, el tejido de punto y el peluche, o que te protegen del medio externo, como los sintéticos con apariencia abullonada; siluetas confortables, minimalistas y acogedoras, incluso retro. Colores neutrales y suaves (arena, hueso, carbón, grafito); pocos estampados o ninguno, y una sensación general de familiaridad. ¿La consigna? Menos es el nuevo lujo.
El encuentro entre el mundo natural y el digital
Es una continuación de la anterior, en especial porque en esta también imperan los materiales naturales e incluso orgánicos, así como provenientes de las plantas. Acá la naturaleza no solo está presente en los textiles, también en los estampados pues es recreada en ellos con efectos hiperrealistas. De ahí la unión entre lo natural y lo digital, visible en conceptos como ecotecnología (técnicas que garantizan el uso de recursos naturales de una manera limpia), biofilia (sentido de conexión con lo natural) y biomímesis (elementos que imitan la naturaleza). El espíritu de esta tendencia es crear un nuevo mundo para el escape de la rutina, una especie de ecofantasía, pero a la vez hacer un detox tecnológico, es decir, desconectarse para reconectarse.
Esto se refleja en el uso de fibras naturales, rústicas, recicladas o recuperadas, veganas y biodegradables, telas creadas a partir de impresión en 3D, mezclas de materiales sintéticos y orgánicos, textiles creados en laboratorio y microfibras con cualidades como respirabilidad, elasticidad y transporte de humedad. En cuanto a colores, por supuesto cuánto más cercanos a la naturaleza, mejor: verde junco y verde menta, tierras y arenas, crudos y otros más intensos o con efecto fluorescente como rojizo, fucsia orquídea, coral y naranja o el lila Avatar.
Macrofotografía de flora hiperrealista, apariencias acuosas y nebulosas, geometría natural (alas de insectos, colmenas, conchas) como estampados, y en cuanto a siluetas y detalles de diseño, predominan los volúmenes, las texturas que simulan los pétalos de las flores, superposiciones de capas traslúcidas y un mix and match muy táctil.
Diseño más utilitario, optimizado y adaptativo
“El miedo nos hace reaccionar, nos lleva a ser creativos, nos hace tomar acción para hacer algo nuevo”, dice el informe de Fashion Snoops sobre uno de sus Sentimientos Culturales otoño-invierno 21/22: Límite. Y es que la pandemia ha llevado al ser humano a salirse de su zona de confort, a revaluar muchas cosas de sí mismo y de su entorno, y a encontrar en la tecnología la herramienta principal para adaptarse a las nuevas circunstancias.
La moda no ha sido ajena a este fenómeno, de ahí que en este concepto encontremos textiles mejorados, durables, inteligentes, de alto desempeño y con propiedades antibacteriales. Prendas sin género, cómodas, universales, con siluetas deportivas atemporales. El encanto está en los estampados, que evocan paisajes surreales, psicodélicos, fantasiosos, tecnológicos, y en la intención “protectora” de las prendas: hoodies oversized y maxi chaquetas de gran volumen se destacan en esta inspiración que también le apuesta a conjuntos con estampados coordinados, bikers y crop tops, en una paleta de colores que va desde los pasteles con acentos digitales, como el coral neón y el verde nuclear, pasando por el azul nube, el rosado vibrante, el salmón, el mandarina y el lila, hasta los básicos sólidos como el rojo, el amarillo y el azul.
El lujo visto desde lo retro y lo artesanal
Preservar lo mejor de nuestro pasado y enmendar el daño hecho son los dos principios de este concepto que le da un nuevo valor a las cosas que antes se daban por sentadas o que lo habían perdido. Adquieren una importancia inusitada las técnicas artesanales ancestrales, los procesos manuales, los materiales antiguos, el arte rupestre, las texturas rústicas, los materiales y artículos de otros tiempos que adquieren un nuevo significado en un entorno contemporáneo que les da lugar en la historia de nuestros días con un lenguaje más sofisticado.
Lo anterior se manifiesta en el uso de materiales antiguos reutilizados, como brocados, terciopelos y damascos, pero también en tejidos artesanales y ancestrales provenientes de diferentes etnias indígenas que se mezclan entre sí o con otro tipo de texturas. Los diseños son aparentemente extravagantes, pero a la vez simples en su construcción. Priman los estampados de tótems rituales, jeroglíficos, trazos pictóricos, arte rupestre, o geometría ancestral, así como motivos inspirados en lo que hay tierra adentro: marmolados, cristales, cuarzos, vetas, huellas de óxido. Eso, por un lado; por el otro está la presentación de ese pasado con un toque tecnológico y un aire maximalista y ecléctico, y, finalmente, la recolocación de ese pasado en un entorno absolutamente actual: pinturas históricas, imágenes vintage y texturas artesanales en diseños minimalistas y simples.
La paleta de color incluye el dorado como tono principal y como manifestación de ese “lujo heredado”, pero también se destacan el ámbar, el rojo vino, el lila, el azul, el turquesa, los especiados como azafrán, cúrcuma, curry, y una paleta de tierras intensos.