El producto audiovisual que propuso la institución para Colombiamoda 2020 integró las propuestas creativas de dos egresadas y doce estudiantes de moda, que trabajaron en conjunto con alumnos de otras carreras en un impecable ejercicio de co-creación virtual.
Por Juliana Villegas Fotos: Cortesía Colombiamoda
Desde marzo, la Colegiatura Colombiana de Diseño inició un proceso consciente de docencia presencial-remota en todas sus carreras, haciendo uso de diversas plataformas y posibilidades ofrecidas por la tecnología, por eso cuando se anunció Colombiamoda Be Online, la institución ya contaba con las experiencias y prácticas de los meses previos para idear su presentación audiovisual y puso al servicio de este objetivo al Laboratorio Articulado Jóvenes Creadores.
Este trabajo de co-creación entre grupos (Diseño Gráfico, Diseño de Moda, Diseño de Espacios/Escenarios, Comunicación Organizacional, Comunicación Publicitaria y seis docentes) estuvo articulado por un tema central: todos [somos] en el Otro. “Surgióen el marco de la realidad coyuntural e histórica que ha llevado a la sociedad a resignificar las maneras habituales del Ser y el hacer. Este producto audiovisual tuvo el propósito de evidenciar el reconocimiento del ¨Otro¨ como reflejo de sí mismo y proyectar el liderazgo consciente que exige el mundo para su transformación al poner en escena desde lo digital, la mirada de una nueva generación y la lectura de Colegiatura del entorno”, aseguró Sara Melissa Gallego, docente facilitadora de la institución.
En el caso de las propuestas de moda, un comité especial eligió a dos egresadas, Camila Tirado Peláez y Sofía Gómez Ángel, y a 12 estudiantes de la carrera de Diseño de Moda de los 32 que inicialmente se presentaron; ellos son, Amalia Sánchez Palacio, Laura Gómez Cardona, José Alejandro Jaramillo Naranjo, Melissa Valdés Duque, Juan Esteban Montoya Moncada, María Antonia Gaviria Toro, Mariana Zapata Zapata, Valentina Gómez Osorio, Diana Melisa Correa Jaramillo, Valeria Tabares Henao, John Fabio García Cardona, y María Alejandra González Astudillo.
Las propuestas
En las colecciones del performancese vieron atuendos hechos completamente con gasa, otros totalmente tejidos, con superposiciones muy interesantes y juegos de entradas y salidas, calzado hecho con madera, radiografías, entre otros. Sus conceptos dan respuesta al tiempo de contingencia, cada una con una visión única y diferente que resalta el perfil original de los diseñadores:
Camila Tirado Peláez y Sofía Gómez Ángel, egresadas de Colegiatura, con su marca Not a Uniform, presentaron Unión a través de la desunión, una propuesta que apoya la individualidad, la creatividad sin barreras y el poder de la sociedad como un todo, la importancia de los elementos que lo componen y el papel fundamental que estos desarrollan para lograr una armonía.
Amalia Sánchez Palacio, con Manifiesto de la inmortalidad, hace una reflexión sobre cómo los medios de comunicación emiten mensajes optimistas o fatalistas a partir de la situación actual.
Laura Gómez Cardona visibiliza la realidad de cómo la pandemia avivó el fuego de la desigualdad social, la exclusión, el miedo y el sentimiento de amenaza que experimenta la población del Chocó a través de su colección La casa en llamas.
José Alejandro Jaramillo Naranjo, con Misión neo-nea, cuestiona cómo en tiempos de pandemia y escases, el deseo de consumir se intensifica, convirtiendo así al “neo-nea” en un personaje de ficción que metaforiza, a través de la saturación de la imagen, la actitud consumista.
La colección de Melissa Valdés Duque, Vestigios mentales, parte de las narraciones de diferentes miedos que se incrementaron durante el confinamiento, para ser personificados en siete monstruos que trazan las nuevas dinámicas sociales de la pandemia.
Hacer una crítica al culto de la imagen, en donde una construcción textil a base de gasa es el método metafórico para elaborar una prenda que subvierte los ideales y lleva a una nueva definición del cuerpo perfecto, es la intención de Juan Esteban Montoya Moncado con su colección Bajo Piel.
Tras el intento desesperado del comercio por sostenerse durante la pandemia, se ha evidenciado el aumento desmedido de ofertas que incitan a hacer compras innecesarias, mientras la publicidad quiere convertir a las personas en consumidores autómatas. Así nació Consumicidio, la colección de María Antonia Gaviria Toro.
La cuarentena elevó los feminicidios y la violencia contra la mujer; muchas han aguantado en silencio agresiones físicas, psicológicas y sexuales al estar confinadas con su abusador. Mariana Zapata Zapata, con Fragmentos de una violencia a puerta cerrada,hace un llamado urgente sobre la situación para que estas mujeres se identifiquen como protagonistas de sus propias historias, sin miedos ni juicios.
Desde lo irónico y fantasioso, Valentina Gómez Osorio realiza una crítica a la forma en que se vive la cuarentena desde el privilegio, olvidando a quienes se han quedado con poco o nada. Absurdo animalario, su colección, expone las dos caras de esta moneda.
Diana Melisa Correa Jaramillo le dio vida a su propuesta Salirse de la línea congrafías creadas a partir de rayones espontáneos realizados con crayola, interrumpiendo con ello la homogenización que representan los uniformes. Para lograrlo usó telas coloridas que muestran la expresión del lenguaje infantil y un mundo donde los trazos traspasan los límites.
Detención lúdica, de Valeria Tabares Henao, reconoce en su colección el valor de los oficios que perduran con el tiempo y la paciencia que conlleva su ejecución, contrario a la rapidez de los procesos industriales que se han desacelerado inevitablemente durante la pandemia.
La manera retrograda de ver el género como un sistema binario de identificación, fue la fuente de inspiración de John Fabio García Cardona, con su colección ?El Otre?, en la que muestra, por medio de radiografías, que el género no está inherentemente relacionado a la corporalidad.
Finalmente, María Alejandra González Astudillo, evidencia con Estigma la realidad del personal de salud, a partir de testimonios y fotografías distorsionadas de su cotidianidad, las cuales se convierten en un mecanismo de escape de la ansiedad, la impotencia y el miedo que esta realidad les genera.
Una narrativa co-creada
La Colegiatura hizo un manifiesto en abril, en el cual se hizo pública la postura institucional respecto a la situación mundial desde Ser con el Otro. “Sobre este manifiesto se hizo la primera reflexión conceptual de la puesta en escena, a la que los grupos transformaron, desde el ejercicio de investigación crítico-político y con una mirada cercana y local, en Todos |somos| en el Otro”. Cada semana se llevaron a cabo sesiones por equipos y comités curatoriales grupales con apoyo de comités estratégicos institucionales, para llegar así a los acuerdos en términos vestimentarios, gráficos, audiovisuales, performáticos, espaciales, de comunicación y de organización interna.
Según el equipo de diseño de Espacios\Escenario, la propuesta para el producto audiovisual estuvo basada en el contexto que nos rodea. ¿Cómo? “Esto se evidencia a través de los siguientes momentos: Mundos adversos, donde se reconoce la superposición del caos, la incertidumbre e impotencia detonadas en la pandemia; Penumbra, el cual nos invita a permanecer en un estado lumínico, donde el tiempo se altera, va más lento y nos permite reflexionar sobre la apuesta política a la que se está invitando: ir más lento para habitar en los diferentes niveles y poder ser con el otro desde la diferencia. Y por último, Niveles, en el que reconocemos las distintas maneras en las que se habita cada capa. Finalmente, generamos un Vínculo, donde lo primordial es Ser con el OTRO y los OTROS, en donde privilegiamos el contacto emocional entre los individuos, dando paso a una nueva luz y a la construcción de nuevas realidades”.