Arrancamos un nuevo proyecto que busca visibilizar iniciativas de slow fashion y vender sus productos con prácticas éticas y siguiendo los parámetros del comercio justo.
Fotos: Código Malva
La consultoría en moda nos ha llevado a descubrir gran cantidad de historias, también ha servido para conocer a fondo varias de las necesidades del país y entender que, si no contribuimos para que haya un cambio real, nunca vamos a poder tener una Colombia mejor, más próspera y con menos desigualdades sociales. Suena a lugar común y a cliché, pero lo cierto es que desde la creación de Código Malva hace más de cuatro años el propósito ha sido ir más allá ver la moda como un negocio meramente creativo y entender lo que implica convertirse en verdaderos gestores de cambio.
Hemos tenido la oportunidad de conocer varias comunidades indígenas, campesinas y de grupos olvidados y vulnerables cuyos oficios artesanales y creativos no solo son parte del verdadero patrimonio e identidad de Colombia, sino que sus saberes y lo que hacen con tanta maestría son verdaderos tesoros para la moda. En todo este proceso nos hemos encontrado con grandes talentos que queremos, no solo visibilizar, sino darles más oportunidades para vender sus productos a través de una red en la que podamos mostrarle al mundo la riqueza ancestral y cultural que hay detrás de cada historia y emprendimiento.
Es por esto que hoy nace EDICIÓN LIMITADA MALVA, un proyecto que bajo la lupa de una muy buena curaduría descubre objetos únicos y tesoros de moda que vienen con una gran carga social detrás, contienen una buena cantidad de historias de vida y un trabajo creativo y artesanal que develan diferentes técnicas y oficios. Seremos cazadores de objetos con historias que por medio del comercio justo lograrán impactar a estas comunidades e iniciativas para que puedan vivir de su oficio y de este enorme patrimonio que tenemos como país.
Estas piezas que se podrán conseguir a través de las redes sociales de EDICIÓN LIMITADA MALVA son hechas especialmente para nosotros y las hemos pagado al precio que el artesano o el emprendedor vende, sin regatear, sin pedir descuentos, sin decirles que eso no vale lo que están cobrando. Pagándoles lo justo para poder impactar también a las familias de los artesanos y su entorno. Para lograr esto hemos pasado por un proceso de aprendizaje mutuo con ellos, les hemos ayudado a sacar los costos reales de lo que vale inicialmente la materia prima que usan y los costos que tienen que asumir para poder tener el producto final; pero lo más importante es que hemos trabajado con los artesanos para que aprendan a valorar lo que hacen, las técnicas ancestrales que solo ellos conocen y para que cobren más por ese gran conocimiento que tienen en sus manos, y en su cultura, porque ese es el valor agregado de estos productos de moda.
Le apostaremos al slow fashion porque creemos que este modelo de negocio es el camino que debe tomar la industria de la moda. Por eso, nosotros también tenemos que incrementar el costo del artículo para poder cubrir lo que implica hacer viable este proyecto, los gastos administrativos y lo que conlleva poner cada artículo en la puerta de la casa de quien lo compre. Pero esos costos no se los trasladamos al artesano, sino que se reflejarán en el valor final de cada producto. Y lo que buscamos es que quien se lleve un artículo de estos entienda que adquiere un producto único, de la mejor calidad posible y con toda la riqueza ancestral y creativa contenida en esa pieza de edición limitada. Es así como también vamos a estar contándoles mucho más sobre las diferentes comunidades que se han impactado con estos proyectos.
Lo más importante es visibilizarlas y que logremos entender el tesoro que tenemos en Colombia al contar con esa enorme riqueza artesanal, cultural, étnica y creativa. Contar estas historias es lo que más nos mueve y entender que la moda tiene que cambiar su forma de relacionarse con sus actores y sus verdaderas necesidades porque no podemos seguir diciendo que esta industria es la segunda más contaminante del planeta y que tiene prácticas poco éticas, sin involucrarnos verdaderamente en que haya un cambio real. Todos somos parte del cambio. Los invitamos a dejar de consumir tanto fast fashion y valorar lo que tenemos en casa, el slow fashion, la moda hecha con el alma.
