La diseñadora momposina fue la encargada de cerrar el Bogotá Fashion Week y lo hizo con una colección que le rindió un homenaje a la sastrería oriental.
Por Pilar Luna
Fotos: Cortesía BFW
Siempre he sido fan del trabajo de Faride Ramos. Pienso que con la escuela que siguió al irse por la estética masculina-femenina y con esa maestría con la que maneja el mundo sartorial, le imprime una visión diferente de estilo a los diseñadores nacidos en la costa Caribe. Me gusta mucho que se arriesga y que como empezó con el tema masculino se fue por el lado de la sastrería, oficio que conoce a fondo.
La diseñadora, que es muy juiciosa en la investigación y muy rigurosa con la confección, defiende un espíritu andrógino muy moderno que contrasta con el diseño de un país más acostumbrado al tropical chic. Pienso, entonces, que era justo que tuviera a su cargo el desfile de cierre del BFW, un evento en el que ha participado desde la primera edición y que ha sido testigo de su evolución como diseñadora.
Su colección “Japanese Tailoring” se inspiró en la impecable costura japonesa, también muy famosa por su maestría a la hora de armar piezas de sastrería donde muchas veces, incluso, es más importante la parte interior de cada prenda que la exterior. La diseñadora viajó por las siluetas, los cortes, los volúmenes y las estructuras típicas de la costura de Oriente que, por lo general, envuelven el cuerpo y lo ven como una gran pieza arquitectónica. Esto lo reflejó en trajes cruzados con un toque femenino muy puntual, logrado al enmarcar la cintura de cada pieza.
Uno de los puntos clave en esta colección fueron las formas sobredimensionadas, muy propios también de los japoneses, pero sin exagerar para encontrar prendas comerciales, otro de los sellos de la momposina. La paleta de tonos usada fue bastante otoñal y, para mi gusto, un poco aburrida, aunque con los detalles de diseño que le imprimió y los accesorios que usó, los colores no fueron muy protagonistas. Los paños llegados del mundo masculino siguen siendo parte de su adn, pero esta vez los mezcló con otras texturas y también los bordó en algunas partes. De esta manera, y siguiendo la norma de lo que significa la sastrería japonesa, pienso que la verdadera riqueza de esta colección está más al interior de cada pieza.