Por Pilar Luna
Fotos: Cortesía Revista Caras
La lluvia y el viento no fueron los mejores aliados de los invitados a la posesión presidencial. Así que en medio de las inclemencias del tiempo logramos captar algunas de las pintas más destacadas de los asistentes a la posesión presidencial en la Plaza de Bolívar, de Bogotá.
Vamos a empezar por los protagonistas de la jornada: desde el presidente Iván Duque, con un Arturo Calle hecho a la medida, pasando por su esposa María Juliana Ruiz, con un traje-abrigo blanco con dorado, diseñado por la barranquillera Silvia Tcherassi, hasta la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez, quien llevó un diseño de Francesca Miranda. Todos estos tuvieron, sin duda, algunos puntos a favor y otros poco favorecedores.
Sobre el traje del presidente se dijo varias veces que el diseñador Ricardo Pava iba a vestirlo (e incluso alcanzamos a escribirlo), pero al final salió con un traje de la marca insignia del país, Arturo Calle, hecho especialmente para él con un paño italiano Ermenegildo Zegna y sastrería colombiana. Pienso que se curó en salud y no quiso tomar muchos riesgos. Aunque se supone que el vestido tiene varios detalles de diseño, su corte es de buena factura y no dio mucho qué decir porque son cosas que no se ven a simple vista. Un vestido clásico, de corte recto, oscuro como manda el protocolo, con camisa blanca y corbata morada (no me gustó el color). Personalmente le hubiera aconsejado que se fuera por un corte un poco más moderno, menos pesado y más ajustado a su silueta, sobre todo, en el pantalón para quitarle algo de volumen.
Sobre las otras dos protagonistas de la jornada, la primera dama y la vicepresidenta, sus diseñadoras optaron por ponerles blanco, como si se hubieran puesto de acuerdo. Un color que estuvo de moda durante esta ceremonia porque no sólo ellas, sino también la primera dama saliente y otros invitados, como la congresista Juanita Goebertus y la esposa del canciller Carlos Holmes Trujillo, Alba Lucía Anaya, decidieron usarlo. Pienso que fue acertado llevarlo para todas estas mujeres, pero que en el caso de María Juliana Ruiz la silueta del vestido debió ser mucho más ajustada a su cuerpo para que se viera más estilizada. Un traje de muy buena factura, con detalles sobrios como el estampado en dorado, pero que no resaltó su figura. Tampoco la ayudó mucho el peinado, de pelo recogido, que la hizo ver mayor y muy seria.
Marta Lucía Ramírez, por su parte, acertó con su look: una chaqueta de jacquard de seda sobre un vestido de crepé con un adorno de mariposa, tejida en hilos de plata dorada por artesanos de Mompox.
Otra que estuvo, como siempre, a la altura de los acontecimientos, fue María Clemencia de Santos, quien se puso el mismo traje de Esteban Cortázar que ya había usado durante la entrega del premio Nobel a su esposo y mandando claramente un mensaje a favor de la paz, como lo hizo durante todo el gobierno pasado. Buena despedida de quien ha sido una gran embajadora de la moda colombiana.
La jornada, la verdad, no fue muy rica en propuesta de moda. Un protocolo que exigía traje oscuro para los hombres y que por consiguiente dejaba a las mujeres con una etiqueta que debía ser elegante y sobria. Personajes que desempolvaron sus clásicos de diseñador (vi varios Amelia Toro y Pepa Pombo de colecciones que ya pueden entrar en la categoría vintage) y otras como Lina Moreno que sí buscó algo nuevo y muy autóctono y se puso un traje de SOY, la marca de María Luisa Ortiz y Diego Guarnizo, que llevaba un trabajo textil enorme, una colaboración de los creadores con el diseñador textil Leonardo Hidalgo y con un toque artesanal único de manos expertas de artesanas de Tuchín (Córdoba) y Quibdó (Chocó). Uno de los trajes más interesantes de la jornada que desafortunadamente no pudimos captar bien debido al bajo perfil al que ya nos tiene acostumbrados la esposa del senador Álvaro Uribe.
Sé que el clima, definitivamente, no ayudó. De las pintas que pude apreciar me gustaron mucho las usadas por algunas de las diseñadoras invitadas como la de Silvia Tcherassi, la de su madre Vera y la de su hija, Sofía Espinosa, lo mismo que la que llevó la joyera Mercedes Salazar.
Sobre los hombres no hay mucho que decir. En Colombia siguen siendo muy clásicos en su vestir y aunque el traje de saco y corbata es un poco limitado para innovar, les garantizo que hay muchas maneras de llevarlo bien, de explorar con cortes más modernos y de sorprender con algunos detalles propios de la moda masculina actual, que no le restan elegancia y, por el contrario, sirven para no verse uniformados. No habiendo mucha más tela que cortar en esta materia, recopilamos algunos looks interesantes que pasaron la prueba en la investidura presidencial.