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FOTOGRAFÍAS: CORTESÍA

Patriotismo, juventud y tendencias retro se imponen en las canchas de Rusia 2018. A menos de un mes de conocer al nuevo campeón del deporte rey, ya existe un soberano indiscutible de otro torneo que se juega de forma paralela y es, tan influyente y poderoso, como es el fútbol mismo: el torneo del glamour.

Sin haberse cumplido una semana de compromisos futbolísticos, ya hay un campeón declarado en Rusia: Nigeria, el campeón mundial de la moda. Con una camiseta agotada en el mercado oficial del mundo entero (se calcula que cerca de tres millones de piezas fueron solicitadas antes de finales de mayo, cuando salió al mercado la prenda), un set de viaje con estampados florales y otros alusivos al ADN del país africano como es la palabra Naija (acuñada por la juventud como gentilicio y reflejo de su identidad), y llamativos sombreros de pescador, el equipo anotó gol de oro en el armario mundialista.

 

 

Su inspiración es el Naijamismo, la “nueva Nigeria” y su energía, optimismo, exuberancia juvenil y una visión fresca del patriotismo y la cultura nigerianas (evidente en sus tendencias musicales de ritmo afrobeat, en una de las industrias cinematográficas más grandes del mundo y en sus deliciosos sabores culinarios que se celebran en Brooklyn, Pekín, París y Londres) evidentes en la vibrante paleta tonal y el contraste del torso verde y las mangas black&white con formas que abstraen las plumas del águila, símbolo del seleccionado, demostrando ese carácter sociológico y económico de una ‘simple camiseta’.

 

“Los uniformes son la forma más expedita de manifestar una filiación a algo o por algo; hablan de nosotros sin que emitamos una sola palabra. Así, la camiseta de fútbol representa una serie de valores ligados al orgullo de una región y a las variantes de ese orgullo en la misma región. Su importancia económica está asociada a la industria, a los mismos clubes deportivos, a las firmas de diseño que las crean, a los confeccionistas que las producen y a los distribuidores; todo ellos monetizan aquellos valores inmateriales que la camiseta puede representar para el aficionado”, explica William Cruz Bermeo, docente asociado de la Universidad Pontificia Bolivariana.

 

Asimismo, este kitsigue la tendencia retro de los años noventa que marca el paso en el ready-to-wear al tomar varias referencias estéticas del uniforme usado en Estados Unidos 94 por el onceno africano que, entonces, clasificó por primera vez al mundial de fútbol.

 

LA CANCHA, LA PASARELA

Pero no solo Nigeria le apuesta al estilo vintage en su uniforme para Rusia 2018. Alemania, Argentina y Colombia revivieron los diseños con los que Jürgen Klinsmann, Maradona y ‘El Pibe’ Valderrama hicieron vibrar a los hinchas en Italia 90. España le rinde tributo a la camiseta con la que llegó a cuartos de final en Estados Unidos en 1994, y Bélgica y México recuerdan los uniformes con los que el onceno europeo llegó al cuarto puesto en México 86 y los manitos con el que jugaron de anfitriones en ese mismo año.

“La unión entre el mundo deportivo moderno y el mundo de la moda es antigua más no constante. Ya a finales de la década de 1920, el diseñador francés Jean Patou creaba dotaciones para la tenista Suzanne Lenglen, mientras la italiana Elsa Schiaparelli vestía por fuera de la cancha a la golfista Glenna Collett-Vare. Centrándonos en el fútbol, esa relación se vuelve constante y relevante a partir de Italia 90, un mundial que fue punto de quiebre en cuanto a la percepción que se tenía del fútbol. A partir de entonces este se volvió sinónimo de estilo, deseo y espectáculo por fuera de la cancha. En eso fue crucial la imagen de los futbolistas, agresivas campañas de mercadeo y publicidad los transformaron en verdaderas máquinas de hacer dinero, dando paso al surgimiento de la figura del futbolista-modelo, como David James, el goleador del Liverpool y luego del Aston Villa, que hacía pasarela para Armani y posaba para sus campañas de ropa interior ya en 1996; o Ruud Gullit, Les Ferdinand e Ian Wright que ya en 1998 eran parte de la nómina de modelos de la agencia londinense Storm, por citar algunos casos tras Italia 90”, agrega Cruz.

Pero ¿por qué las camisetas más aplaudidas de Rusia 2018 apuntan a Italia 90? Tal vez la inspiración va más allá de la tendencia deportiva que se niega a bajar de las pasarelas y que cada vez, de la mano de fenómenos de la industria como Demna Gvasalia, se cuelga más medallas como el estilo campeón. “Quizás apuntan a momentos históricos para las selecciones que fueron a Italia 90. Alemania ese año fue campeón, no lo era desde 1974. Colombia volvía a un mundial después de 28 y fue el único equipo que le empató a Alemania en un histórico partido para los colombianos. Argentina llegó de nuevo a la final tras ser campeón en el 86 con Maradona, aunque perdió la final contra Alemania. Era el primer mundial de Rusia con la Federación Rusa y no como la Unión Soviética, pues había caído el comunismo”, agrega Cruz.

 

GOLAZO DE LA MODA VERDE

Verde, el nuevo negro, es el evangelio del momento. De ahí que la sustentabilidad del estilismo Naija, diseñado y elaborado por el gigante americano Nike —usuario número uno de poliéster reciclado de la industria deportiva—, es otro gol a favor de las Súper Águilas. No obstante, los once nigerianos no son los únicos que marcan el paso verde en las canchas de Rusia. Nueve federaciones más —de la mano del sello del swoosh— siguen la tendencia y visten con al menos doce botellas de plástico que fueron reutilizadas en cada uniforme, confirmando que el 75 por ciento del calzado y el vestuario deportivo de Nike contiene material reciclado. De este modo, han sido cerca de cinco billones de botellas plásticas rescatadas de los basureros desde 2012.

 

Brasil, Croacia, Inglaterra, Nigeria, Polonia, Portugal, Australia, Arabia Saudí, Eslovaquia y Corea del Sur se visten de verde en Rusia, por estos días. Sus kits para la máxima cita del fútbol mundial incluyeron entre 12 y 18 botellas desviadas de los vertederos y sometidas a un proceso de limpieza, trituración en escamas y conversión en gránulos que luego son fundidos y transformados en el hilo de alta calidad utilizado para crear cada conjunto de jersey y pantaloneta, ofreciendo un rendimiento máximo con un menor impacto en el medio ambiente.

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