Fotos: Lucas Cano
Una mujer empoderada por su feminidad, que florece al anochecer, fue la historia de glamur narrada por Isabel Henao a través de su colección Jardín Nocturno que pisó fuerte en la pasarela de Bogotá Fashion Week.
Ya son 15 años desde que Isabel Henao bajó de las pasarelas y abordó la moda desde otro ángulo: desde la creación. Y precisamente, volver a ese punto en donde comenzó este capítulo de su relato de moda, en donde se unieron sus pasiones por el arte, la naturaleza y la investigación textil, fue la clave para marcar el paso en la plataforma capitalina.
Jardín nocturno fue el título de la colección de Isabel para la temporada otoño-invierno 2018, inspirada en los reflejos de las luces y los colores de un jardín botánico a medianoche, evidentes en destellos metalizados en colores plomo, cobre y dorado bordados en motivos florales sobre las exquisitas y delicadas superficies de la seda y el tul, que les dieron forma a románticos vestidos largos y evocaron, a la vez, el nuevo romanticismo que desde 2003 ha caracterizado a los diseños de la paisa y seducido a las mujeres que huyen del exceso, pero que le rinden culto a lo especial.
De ahí que esta propuesta se tapizó de detalles sutiles, que invitan a ver de cerca las superficies textiles ornamentadas mediante bordados manuales y apliques de flores de cuero y terciopelo cortados en láser que recrearon la espesura de una enredadera. Por su parte, los acentos de lúrex a través de todas las telas trajeron a la mente los reflejos nocturnos de la luz.
Una paleta de tonos malva, lavanda, azul cobalto y medianoche y negro, pero sobre todo el juego de formas fue otra clave de Jardín nocturno; mientras el tren superior gozó de volúmenes con los dotes estructurales del jacquard cloqué, su contraparte inferior fluyó con el ondeante movimiento de la seda y el terciopelo ultraliviano. Asimismo, un aire oriental se respiró en los patrones de siluetas envolventes que brillaron de la mano de cinturones tipo obi con prenses, pliegues (emulando las corolas florales) y anudados que demostraron el amor de Henao por hacer del arte una prenda lista para usar.