Fotos: Santiago Tejada
Cortesía: Amelia Toro
La diseñadora bogotana presentó su colección otoño-invierno 2018, inspirada en algunas siluetas y texturas de los años setenta y ochenta.
Dicen que toda época pasada fue mejor y aunque la diseñadora Amelia Toro siempre marcha al ritmo de la modernidad con su propuesta de moda, la colección otoñal que presentó en Bogotá es bastante nostálgica y muy romántica. Retomando siluetas y elementos representativos de los años setenta y ochenta, la bogotana se movió entre estas dos décadas que la marcaron en sus inicios como diseñadora. Texturas, efectos, acabados, estampados, siluetas y mezcla de tonalidades retomaron este espíritu vintage, pero evolucionando en una propuesta muy actual e ideal para la mujer actual, llena de matices.
Amelia maneja a la perfección la costura de sus trajes y en esta colección no sólo se vio esa gran maestría, sino que también dio una gran lección de manejo cromático con una perfecta mezcla de tonalidades muy actuales. El color uva fue la estrella de la colección, lo paseó por varios matices y lo maridó con tonos como verde, café, rojo, menta y mostaza.
Juego de texturas
La colección jugó con varias texturas y materiales tradicionales como jacquards, gallinetos, crepés y lanas, pero muchos usados con efectos tecnológicos que le imprimen acabados diferentes y muy sofisticados. Sus apariencias muchas veces se ven pesadas, pero en realidad son muy livianas, mientras que otras consiguen efectos metalizados o hasta de papel, dándole el toque de avanzada a esta propuesta que en sus siluetas evoca lo retro.