El diseñador paisa abrió el Bogotá Fashion Week, en un lugar icónico de la ciudad, con una colección que más que una propuesta estética fue una declaración de principios, un manifiesto, un verdadero “Gabinete de curiosidades latinas”.

Por Pilar Luna. Fotos: Cámara Lúcida, cortesía CCB.

Para nadie es un secreto que Jorge Duque no hace colecciones… El diseñador realmente es un contador de historias que utiliza la moda como su herramienta más preciada para darle significado a esas narraciones que le llegan de muchos lados y que le retumban permanente en todo su ser.

Así que necesita expresarlas de la manera que mejor lo sabe hacer: experimentando con materiales, jugando con siluetas y creando piezas únicas que, de alguna manera, hablan y dicen lo que el diseñador quiere contar.

Esa efervescencia con la que Jorge Duque cuenta sus historias, quedó plasmada en una colección que bautizó “Gabinete de curiosidades latinas” y con las que abrió el Bogotá Fashion Week 2025, en un lugar icónico de la ciudad: la fábrica de Pastas El Gallo, en plena Plaza España.

Y sin duda, esa inspiración que realmente abrió un gabinete de curiosidades muy colombianas y se convirtió en “un manifiesto visual que resignifica el vestuario”, como él mismo lo confesó, lo llevó por momentos que hablaron de lo sagrado y lo profano; de lo estético y lo chabacán; de la devoción y el trauma; de los Divino y lo humano…

Su archivo emocional

Eso fue lo que hizo Jorge con esta colección. Creó un archivo emocional con algunas piezas de gran volumen, siluetas exageradas, diseños gráficos muy peculiares y su ya reconocida corsetería que en algunos casos “deformó” el cuerpo para darle formas inimaginables y así expresar esa idea de la ironía de la “belleza ideal”.

Con un juego de texturas que expresan esa riqueza técnica y esa experimentación con la que siempre asume estos retos creativos, el diseñador paisa no olvidó su propia historia, una historia que habla de que creció en medio de una sociedad muy permeada por la estética mafiosa, por el culto a las reinas de belleza y por el contrates que siempre han existido entre los símbolos religiosos que están muy arraigados en la latinidad y que hacen parte de nuestra cultura pop.

Duque viajó a los años 80 donde el estilismo de maquillaje recargado y peinados muy voluminosos, eran toda una declaración de principios. Eso, contrastado con su vanguardismo a la hora de expresar sus ideas y su forma de ver la vida.

Jorge, a diferencia de muchos diseñadores que se presentaron en el BFW, tiene muy claro que las historias se cuentas de principio a fin: con el casting, el estilismo, la música, el escenario y con la propuesta estética que, sin lugar a dudas, tuvo su impecable sello narrativo.

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