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Mientras la famosa villana dice que la moda es su herramienta de venganza, la Baronesa la usa para mostrar su poder. Cada look del vestuario de Cruella, la nueva película de Disney, no solo es pensado minuciosamente, sino que tienen largas horas de trabajo.

Por Pilar Luna con información suministrada por Disney. Fotos: Cortesía Disney

La reconocida vestuarista y ganadora de premio de la Academia, Jenny Beavan confesó que esta película es lo más grande que ha hecho en su larga carrera. Y no es para menos, solo el personaje de Cruella cuenta con 47 cambios y todos son teatrales, simbólicos y muy representativos de los mensajes que llevan detrás. Por su parte, la Baronesa sale con 33 looks distintos que hablan de todo el glamur y la sofisticación de los la época dorada de Hollywood y sus grandes divas.

“La moda es la herramienta de venganza de Cruella”, dice la propia Emma Stone, quien confiesa que “la suerte de una película de estas es que el vestuario hace mucho del trabajo por ti como actor. Una vez que te pones esas cosas, te sientes Cruella de Vil”.

Y no hay duda de que el diseño del vestuario es uno de los ingredientes más importantes e impactantes de la película. Recreando la Londres de los años 70, en pleno auge del movimiento punk, los atuendos que usan las dos protagonistas, Cruella de Vil y la Baronesa von Hellman, están marcados por unos estilos muy específicos de grandes nombres del diseño como Balenciaga, Dior, Galliano y, por supuesto, Vivienne Westwood.

Cruella, vestuario de culto

“La baronesa está en la cima de la moda de los 70 y llega Cruella a alterarlo todo”, dice Stone sobre su personaje.  Y eso era lo que quería lograr Beavan con cada uno de los looks que diseñó para la película. La famosa vestuarista confesó que esta década es una de las que más le gusta porque la vivió y la conoce muy bien. Así que “la guerra” entre las dos protagonistas, que por cierto son dos grandes Emmas del cine, usa la moda como uno de sus mayores recursos para ganar cada una de las batallas en las que se enfrentan.

El maquillaje y los peinados también se basaron en grandes referencias de los movimientos de moda que querían destacar. Un guiño gigante a la década de los 70 en Londres donde estaban pasando muchas narrativas estéticas muy interesantes.

“Era muy importante que Cruella llevara blanco, negro, gris y rojo”, dice Beave, reforzando así la reconocida incipiente obsesión de la icónica villana de Disney por la estética de los dálmatas, teniendo en cuenta que esta historia es una precuela del famoso clásico animado de Disney. La Baronesa, por su parte, lleva un vestuario muy escultural con mucha influencia de Dior y con un glamur que buscaba “canalizar a las antiguas divas de Hollywood desde Joan Crawford hasta Elizabeth Taylor”, según lo dijo la propia Beavan.

El rojo fue uno de los colores más usados por la vestuarista para darle el dramatismo que Cruella necesitaba como villana.

Cruella: calle, punk y ropa de segunda

Estella, el nombre de pila de Cruella antes de convertirse en la famosa villana, vive su juventud en esa época así que la moda callejera de esos años es la que inspira a la vestuarista para algunos de sus looks. “Hice especial énfasis en la combinación ecléctica de piezas de mercados con algunos elementos del punk que emergía por esos años. La sensación es que Estella habría ido a tienda de ropa vintage en la calle Brick Lane de Londres, cuando era un mercado de ropa de segunda mano”, dice.

Los sitios de ropa de segunda son los preferidos de Cruella para lograr un vestuario muy teatral y seductor.

Al tiempo también se inspiró en varios de los diseños más representativos de John Galliano y Vivianne Westwood, al tiempo que le hace varios guiños a la Cruella que interpretó Glenn Close en 1996, y que la convirtió en la villana fashion por excelencia.

Clásica y sofisticada

La Baronesa, por su parte, ostenta un estilo muy clásico y mucho más sofisticado en su estética. Jenny Beavan buscó varios de las ediciones de Vogue de la época y se sumergió en el fascinante mundo de la Alta Costura de la mano de diseñadores icónicos como Balenciaga y Dior.

Se hicieron muchos vestidos para tres galas y algunos de alfombra roja.

Las dos Emmas fueron las musas perfectas para potenciar el proceso creativo de Beavan. Lo primero que hizo fue reunirse con ellas y ver qué le funcionaba a cada una. Qué tipo de prendas y qué colores eran los que más se adaptaban a cada una. “Emma Thompson tiene una figura increíble y disfruta mucho luciendo el tipo de vestidos que identifican a la Baronesa. Eso fue clave porque realmente los llevó con mucha personalidad”, dice.

Cruella, un vestuario con diseños de museo

Una de las piezas de vestuario más memorables es el vestido de Cruella cuando desciende del auto y hace una entrada espectacular al baile Blanco y Negro. Jenny, que lo pensó rojo para contrastar con los trajes de la fiesta, diseñó un vestido con una enorme falda hecha con 5.060 pétalos de organza, cosidas a mano cada una por un gran equipo de costureros expertos. “El vestido debía ser lo suficientemente pesado para que Emma hiciera giros con él, pero al mismo tiempo lo suficientemente liviano para que pudiera descender del carro y moverse. Fue todo un desafío”, dice.

Un vestido de Alta Costura, con varias referencias a diseñadores clásicos y vanguardistas.

Igualmente, el equipo de Jenny tuvo que desarrollar toda la vestimenta para tres bailes de gala: el del siglo XVII organizado por la Baronesa, con claras influencias del estilo de María Antonieta; el de Blanco y Negro y el baile vikingo. También aparecen varios momentos de alfombra roja y un mono de cuero negro brillante, con hombreras de banda de rodamiento, muy impactante; también un vestido de camión de basura con una cola de doce metros hecha con la colección de trajes de la Baronesa de 1967 y uno inspirado en dálmatas, entre mucho otros.

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