CÓDIGO MALVA le pidió a dos reconocidos diseñadores colombianos que vistieran una mesa de acuerdo con su estilo. Aquí algunos de sus tips para estos tiempos de pandemia donde hemos aprendido a valorar el hecho de sentarse a comer en familia o con amigos
Por Pilar Luna
Algo que ha cautivado siempre al mundo de la moda es llevar su estética contemporánea y su creatividad e innovación a escenarios diferentes a los que normalmente se mueve y en los que no parecen ser tan naturales. De hecho, varias de las casas de moda más famosas del mundo han logrado hacer, con su capital de marca, otras líneas diferentes a ropa, accesorios, joyas y complementos, lo que fabrican normalmente, y han diversificado su portafolio con productos de hogar, de belleza y gran cantidad de objetos de diseño que hacen parte de todo un estilo de vida.
Por eso, llevar su propuesta creativa a otros mundos, como puede ser al del arte de vestir una mesa, es otra de las opciones que tiene un diseñador para demostrar sus habilidades en la interpretación de su propio estilo. CÓDIGO MALVA visitó en sus casas a dos reconocidos diseñadores de moda colombianos para que nos dieran algunos de sus trucos a la hora de poner una mesa para el almuerzo o la comida, pensando en que estos días en los que el “hogar dulce hogar” ha sido el centro de atención de buena parte de la vida en tiempo de pandemia. Sentarse a la mesa con la familia o con amigos a disfrutar de una buena comida es uno de los mayores placeres de la vida
María Luisa Ortiz, el arte de mezclar bien
Eclecticismo e informalidad es la palabra que define a la diseñadora paisa a la hora de vestir una mesa para un almuerzo tranquilo. Su estilo en moda siempre tiene un toque retro, así que en una mesa ideal de María Luisa Ortiz no puede faltar algún elemento vintage, como, en este caso, una ensaladera de su abuela.
La parte moderna la ponen algunos de los productos que consiguió en lo que puede ser el Disney para los amantes de la gastronomía y la buena mesa, Taylor Market. Unos platos blancos de siluetas orgánicas, cubiertos pesados y minimalistas, individuales verdes que contrastan muy bien con toda la onda natural de la que la diseñadora es amante.
“Me gusta invitar amigas a mi casa y poner la mesa especial para que no se vea como un día común y corriente, sino que tenga ese toque nostálgico que logra evocar momentos felices”, nos cuenta con su habitual desparpajo.
La creatividad de María Luisa se ve en cada detalle que lleva a la mesa. Va al jardín y corta algunas flores que mete en una vinatera de inspiración vintage, trae algunos platos para la ensalada que contrasten con los blancos y le da el toque de color con una jarra artesanal de Carmen de Viboral porque nunca puede faltar algo típico que le rinda homenaje a sus raíces y a la cultura ancestral de la cual es una enamorada.
Las servilletas también son clave en su mesa perfecta porque no solo ayudan a imprimirle más vida a los platos blancos, sino porque, como buena costurera, es muy hábil para darle formas diferentes a cualquier textil.
El resto de la decoración de esta mesa de María Luisa Ortiz la ponen los alimentos mismos: un pastel de carne, una ensalada verde con una vinagreta de miel mostaza, algo de arroz blanco, un buen vino tinto y una compañía que la hace muy feliz.
Juan Pablo Socarrás, dar amor a través de la comida
Al diseñador costeño toda la vida le ha gustado poner bien la mesa. Es algo que lleva en la sangre, que le viene de su casa porque veía como su mamá, su abuela y sus tías lo hacían y aunque dice que no le enseñaron por la cultura machista de la costa, creció viendo cómo lo hacían ellas. “En la costa la comida es una forma de dar amor, así que esas matronas te dan comida todo el tiempo para decirte que te quieren”, dice.
A Juan Pablo, entonces, le encanta el hecho de sentarse a la mesa y disfrutar de una buena compañía. “Me gusta mucho vestir la mesa, me parece muy importante y muy bonito atender a alguien que uno quiere. Y esa estética que se le puede imprimir con cada detalle, me fascina”.
El diseñador pensó en una mesa de almuerzo tranquilo para dos personas y lo primero que pone es un mantel colorido y un espejo atravesado para darle amplitud. “Me gusta divertirme y jugar con los elementos. Y aunque estemos en Bogotá creo que siempre es importante que haya algo de color. También me gusta poner varios platos y cubiertos porque todos son importantes”, comenta Socarrás.
Aunque esta mesa la vistió con varios productos de Taylor Market, como individuales, platos, cubiertos y copas, la complementó con objetos y accesorios que tiene en su casa porque le apasiona el tema. “Yo siempre pongo todos esos detalles que pueden hacer diferente esa mesa porque la enriquece y se ve mucho más importante”.
La servilletas de colores, con unos servilleteros artesanales son clave para él, lo mismo que ponerle algunas hojas, un centro de mesa, una sopera y otras cosas un poco más rústicas y que contrasten, como una enorme tabla de madera donde ubica un salero y pimentero de madera, junto con unas flores.
Las velas tampoco pueden faltar en una mesa de Juan Pablo Socarrás. “La mesa es el mejor lugar para reunir a la familia y más en este momento en que estamos. Creo que la cena de Navidad va a volver a ser eso. ¡Qué mejor que poner una gran mesa!”, concluye.