Con un equipo audiovisual experto, una protagonista del mundo de la música y una narración muy bien lograda, el diseñador tolimense inauguró las experiencias de moda en Colombiamoda 2020. Lo mejor fue que logró visibilizar, a través de la moda, una problemática que en tiempos de pandemia se ha incrementado: la violencia contra la mujer.
Por Pilar Luna Fotos: Cortesía Colombiamoda
Se nota que Diego Guarnizo viene de la industria de la televisión y el entretenimiento. También imagino que los organizadores de Colombiamoda, y su patrocinador la Fundación Avon, también lo tenían claro cuando lo invitaron a ser el diseñador que abriera las experiencias de moda en la feria virtual porque el hombre sabe contar historias a través de las imágenes y la música. De hecho, sus colecciones históricamente han tenido una narrativa construida con un formato de telenovela o serie, en la que la protagonista siempre es una mujer. Una mujer artesana, una mujer del campo, una mujer trabajadora, una mujer madre, una mujer que tiene muchas cosas que decir, pero que muchas veces se invisibiliza en medio de una dramática historia personal.
Y esta no fue la excepción a esa técnica narrativa que el diseñador lleva en su ADN. También lo contextualizó muy bien con el problema más contundente de las mujeres durante esta cuarentena: el abuso doméstico. La violencia que vive una de cada tres mujeres en sus hogares, flagelo que se evidenció mucho más con este encierro que ha sacado lo peor y, también en muchos casos, lo mejor, de la gente. Por eso, ese fue el hilo narrativo que eligió el creativo para presentar una colección que se llama Libertad.
Pero como las historias permean mucho más en los corazones del público cuando las cuenta alguien que sea reconocido, la protagonista de esta narración, cuyo libreto está escrito con sangre en miles de hogares colombianos, fue Catalina García, la vocalista de la banda Monsieur Periné, quien ha sido muy cercana a Guarnizo y sin dudarlo un minuto se vistió con la camiseta de este proyecto en el que están involucrados un talentoso grupo de creativos y profesionales audiovisuales.
“El video fue hecho con cámaras de alta definición, las mismas con las que hicimos Bolívar. Además, tuve el privilegio de tener una directora experta en temas de dramaturgia y contenido audiovisual, Daniela Castro de la productora Rayhuela, que, sumado a la dirección de fotografía e iluminación, que estuvo en manos de Carlos Andrés Vallejo, logramos hacer un equipo de lujo”, dice Diego, quien se tomó muy en serio su participación en Colombiamoda, algo que es muy importante que entendamos, ahora que la virtualización es un hecho.
“Realmente se hizo con muy pocos equipos, pero usamos unos lentes especiales que se adaptaron a las cámaras y sobre todo lo que tuvimos con la directora y el director de fotografía fueron largas jornadas de preproducción, estudio y ensayo para lograr esa sensibilidad en la imagen”.
Con el recurso del blanco y negro para hacerlo aún más dramático y la canción Mi Libertad de la banda bogotana, que sirve no solo para reforzar el mensaje, sino que lleva la historia más allá y busca darle alas a las mujeres para que salgan de ese encierro abusivo al que muchas veces se ven sometidas, la narración fue construida con una estética muy bien cuidada y sensible que se agradece mucho en esta virtualización de la moda que apenas empieza a dar sus primeros pasos en el país.
Palabras y frases como “miedo”, “cuatro paredes”, “120 días sin poder escapar”, “confinada”, “en mi cuerpo veo sus palabras”, dejaron un mensaje contundente en medio de la letra que entonaba García en la que dice: “yo soy una aventurera, una cordillera que llega al alma”, “por mis venas corre el fuego”, “cantar por siempre mi libertad”. Eso lo dice todo. Eso y las golondrinas que inspiraron al diseñador.
Ahora bien, con este mensaje tan fuerte, que además también incluye un aspecto más social con la destinación de parte de las ventas de colección para apoyar a mujeres víctimas de la violencia, la moda adquiere un carácter diferente, un espíritu solidario y más real, que debe ser parte de su razón de ser ahora más que nunca. Por eso, no voy a ahondar en la colección como tal, que tiene accesorios, estampados y prendas, muy interesantes, pero que lo que más resalta es ser una experiencia importante que reúne no solo una muy buena forma de contar toda la narrativa con mensaje, sino que encuentra un camino diferente para que todo el esfuerzo que se pone en hacer una colección también se privilegie en medio de su puesta en escena.