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Luego de dedicar sus fábricas a la confección de tapabocas e indumentaria médica especializada para ayudar a mitigar la escasez de estos elementos en el sector salud en nuestro país, las marcas del grupo Crystal se aventuraron a una nueva línea de negocio: el protectwear.

Fotos: Cortesía Gef y Punto Blanco

A pesar de ser uno de los sectores más golpeados por la pandemia, la industria de la moda nacional reaccionó a tiempo a una nueva realidad que se extendió rápidamente por el mundo sin dar mayor margen de maniobra.

A pesar de la incertidumbre reinante hay algo claro, y es que el ser humano tendrá que aprender a convivir con el virus que hoy tiene confinadas a millones de personas alrededor del planeta, y la moda asegura una parte de esa convivencia. El uso de tapabocas y prendas de protección es hoy una necesidad para quienes deben enfrentar las calles mientras el COVID-19 sigue rondando por ahí, y para solventarla ya hay un nuevo universo de vestuario: el protectwear.

El Grupo Crystal, al que pertenecen las marcas GEF, Punto Blanco y Baby Fresh, fue uno de los primeros en reaccionar en nuestro país. Una vez declarada la Emergencia Sanitaria y decretado el aislamiento preventivo obligatorio, los equipos de trabajo de la compañía empezaron a definir qué nuevos caminos tomar, no solo para mantener la estabilidad del negocio y proteger empleos, sino para poner lo mejor de su tecnología y talento humano al servicio de Colombia.

Adaptó sus plantas de producción, capacitó a sus operarios y equipos logísticos y, de un día para otro –siguiendo las medidas indicadas por el Ministerio de Salud y aprovechando su conocimiento textil de más de seis décadas–, comenzó a fabricar tapabocas e indumentaria médica especializada que, además de ponerse en venta para el público general e instituciones de la salud, respectivamente, se entregaron como donación para apoyar a la población más vulnerable.

Actualmente, las marcas del grupo ofrecen tapabocas con tecnología seamless, sin costuras, que permite crear una silueta más amplia en la boca y con un mejor ajuste en los laterales para dar verdadero confort durante el uso. Los acabados antifluidos y antibacterial han sido parte de sus prendas, así que sabían lo importante que sería incluirlos para la seguridad de estos elementos de protección.

De los tapabocas al protectwear

Esta fue solo la primera etapa. Mientras la empresa avanzaba con los tapabocas, empezó a investigar el tipo de prendas y accesorios que podrían acompañar a los colombianos para sentirse más seguros al salir de casa.

Hoy día, GEF ofrece looks urbanos y provocativos, incluso con siluetas infantiles. Prendas que pueden usarse solas o sobre otras, con acabado antifluidos, elaboradas con fibras que repelen las salpicaduras y siluetas que incluyen capucha y cubrimiento hasta la nariz para apoyar la protección esencial de los tapabocas, pero además con estampados y colores atractivos.

Punto Blanco, por su parte, creó una línea que refleja el estilo impecable de la marca y también su enfoque hacia textiles inteligentes. A las propiedades antibacteriales y de protección UV incorporadas tradicionalmente a sus prendas deportivas, se añadió la tecnología antifluídos para vestir los momentos en el exterior con total seguridad y el máximo confort posible. Además de siluetas que cubren cabeza y rostro, los diseños de la firma son amplios para poder llevar estas prendas especiales sobre la ropa exterior. Algunas chaquetas y overoles tienen hasta su propia funda para hacer más seguro su almacenamiento antes de entrar a casa. Las primeras tienen diferentes opciones de estampados, en especial motivos camuflados y florales, para disfrutar la moda y mantener el estilo personal al salir a la calle

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