El Coloquio Futura, organizado por Fashion Radicals y 3cero2, reunió a 25 líderes de la industria para hablar sobre ¿cómo se ve el futuro de la moda en Colombia desde la profesión de cada uno? Esta fue la intervención de nuestra directora de contenidos.
Por Pilar Luna
¿Cómo veo el futuro de la moda colombiana desde mi profesión? Pensé e investigué mucho para responder la pregunta, pero cuando vi a la gente haciendo fila para comprar durante el día sin IVA cambié toda mi percepción. Espero, sinceramente, que esa no sea la solución a los males de la industria y como no quisiera mandar un mensaje pesimista creo muy importante tener este tipo de reflexiones como sector para buscar soluciones diferentes a la de tener que salir a comprar inmisericordemente con incentivos de “guerrilla”.
Pensar en regresar a la normalidad es un arma de doble filo. No debemos añorar algo que no está bien desde su base: el consumo desbordado no puede ser la normalidad. Esto lo único que ha hecho es lograr que acumulemos una cantidad de ropa y accesorios que no necesita el planeta, que desechemos otro tanto y que se pierda el verdadero sentido de lo que se hace.
Entiendo que una cosa es pensar en el futuro de la industria del país como un gran generador de empleo directo e indirecto y también como un rublo muy importante para la economía, pero de ese tema ya hablarán los expertos que participan en este coloquio. Yo quiero ahondar en la esencia de la moda y en sus narrativas, en su identidad.
Abordo el tema desde el periodismo de moda y por eso quisiera hablar de la enorme oportunidad que tenemos de cambiar la ecuación que se ha venido dando y espero que la moda colombiana se enfoque a futuro en todo el valor agregado que puede haber detrás de cada propuesta que se gesta en el país. Creo que podemos cambiar el rumbo de la normalidad y virar hacia algo mucho más consciente si buscamos tener una identidad como país. Si el consumidor encuentra esos valores en el producto que le ofrecen, seguramente, comprará lo suficiente para que los negocios sean viables.
Mi reflexión desde el periodismo de moda es entender que es el momento de regresar a lo básico. De recogernos para tener mucho más contenido en las propuestas creativas y dar ese valor que se ha perdido en el camino tratando de generar utilidades. Hemos hablado sobre lo importancia de concientizarnos para generar y aportar soluciones. Desde que empecé a hacer periodismo de moda hace 30 años he visto como gran cantidad de creativos se han quedado en el intento de hacer viable su negocio. También me ha tocado ver cómo se ha perdido la identidad de muchos emprendimientos que nacen siendo una cosa y terminan convertidos en otro, simplemente porque no encontraron su esencia. Y en este punto tenemos que fortalecernos.
Hemos perdido las historias que contar porque se volvió más importante vender que crear. En esta plataforma escribí un blog sobre la oportunidad que tiene la moda de resolver estas necesidades de aislamiento de una forma creativa, usando tecnología y pienso que también con identidad propia. Desde el ADN de cada marca. Si conocemos bien quien es el consumidor de moda colombiana seguramente llegaremos mucho más fácil a ellos. El futuro de nuestra moda está en entender su identidad. Y no me refiero a tener que recurrir a una estética definida que haga carrera como si fuera la única forma de existir de la moda colombiana. Por el contrario, tenemos tanta cultura, nuestras raíces son tan diversas y nuestra memoria histórica tiene tantos elementos que la enriquecen que podemos generar una moda contemporánea con elementos muy auténticos nuestros, sin perder el camino de ser realmente competitivos en el mercado.
Podemos garantizar el futuro de la moda colombiana, cuando tengamos un movimiento real de moda colombiana. La idea es que creamos, que hagamos cosas mucho más arraigadas al ADN nuestro. Que pensemos en dar un producto diferenciado. Que conozcamos las necesidades del consumidor y las formas de suplirlas desde la propia identidad. No hacer más de lo mismo, sino entender eso que busca el mercado, sin perder la esencia de lo que es cada marca.
La moda debe asumir posiciones y la industria nacional no ha sido muy consecuentes con esto. Tener causas, cambiar paradigmas, interpretar los motivos por los que existen, buscar el verdadero sentido de lo que quiere su público. Enfocarse en su tipo de consumidor y no abarcar todo. Resolverle los problemas de vestuario de una manera útil, pero también estética.
Hay marcas que lo están haciendo muy bien y pienso que eso garantiza su supervivencia. El gran problema de la moda es que por querer replicar unas tendencias que a veces son muy lejanas o intentar repetir las fórmulas de éxito de otras marcas, no se trabaja en algo auténtico. El mundo está diciendo que va a cambiar la forma de abordar la saturación de ropa que hay. La única manera de no hacer parte de esas estadísticas es siendo diferentes y haciendo que los negocios sean conscientes de esta nueva realidad. Propender porque la industria de la moda no siga siendo la segunda más contaminante del planeta.
El periodismo necesita historias diferentes para poder contarlas. La moda para sobrevivir tiene que ser la protagonista de esas historias. Durante esta cuarentena nos hemos encontrado con marcas cuyas narrativas han conmovido. También su forma de asumir la pandemia que es un tema reputacional. A cualquier nivel y en cualquier momento el consumidor va a castigar a aquellas marcas que no lo han sabido hacer y van a premiar a quienes si lo están intentando. De hecho, ya lo están haciendo. Hoy estamos hablando del Only, una tienda que tiene más de 60 años de historia y que había caído en el ostracismo, que se levantó de las cenizas para ser descubierto por una cantidad de personas jóvenes que ahora son sus nuevos consumidores. Lo de Arturo Calle también es muy importante porque no solo han fidelizado a sus clientes habituales gracias a sus políticas de no votar a ningún empleado durante la crisis, sino que también han conquistado a aquellos que eran reacios a su propuesta de vestuario.
De eso se trata el futuro de la moda en Colombia. De tener unas banderas que despleguemos en toda la cadena, en todo el sistema moda, para encontrar que hay muchas maneras de educar al consumidor para que prefiera el producto hecho en Colombia entregándoles producto de valor. Y cuando hablo de valor hablo de diseño, calidad, precio, pero por encima de todo, de esencia. Si tiene una narrativa honesta, responsable e interesante, no solo podrá sobrevivir en medio de la enorme oferta que hay en el mercado, sino que podrá consolidarse como una marca sostenible que tiene algo diferente que ofrecer. Y eso es invaluable.
En resumen, he hablado de identidad, generar contenido de valor, crear prendas utilitarias pero estéticas, conocer al consumidor, ser conscientes y responsables con el planeta, tener programas sociales bien estructurados, reales y legítimos y, por último, entender que el futuro es hoy…