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Diversos actores de la industria de la moda nacional han sumado esfuerzos para proveer al personal de salud en nuestro país del vestuario de seguridad requerido para atender a pacientes con coronavirus.

Por Juliana Villegas

Si hay una palabra que resume la contribución realizada por la industria de la moda para ayudar a mitigar la expansión del coronavirus en el país, esa es, sin duda, solidaridad. Marcas, diseñadores, estudiantes, instituciones educativas, costureras y patronistas han aunado esfuerzos para suplir las necesidades de implementos de seguridad requeridos por el personal de salud en Colombia.  

La idea puede surgir del eslabón más pequeño o novel de la cadena e inmediatamente encuentra quién le haga eco. Este es el caso de un grupo de estudiantes y egresados de los programas de Diseño Industrial, Diseño Gráfico y Diseño y Gestión de la Moda de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, quienes integran el colectivo Diseñadores Unidos, liderado por la profesora Johana Velandia de la Escuela de Diseño de Producto.

Foto: Cortesía Hospital San Ignacio

A hoy han confeccionado cerca de 700 trajes de protección y dos mil tapabocas que han sido distribuidos en hospitales de la capital colombiana y en instituciones de salud de Cundinamarca, Tolima, Popayán y, próximamente, Medellín. 

Sin embargo, este no fue un esfuerzo solitario. Luego de que el grupo investigara diversos materiales, encontró que el orión, una base textil 100 % poliéster que cuenta con tecnología antifluido y que se comporta como un escudo protector frente a líquidos y factores ambientales, brindaba mayores garantías a los médicos y enfermeras pues es altamente resistente y permite su lavado hasta cien veces.

Ahí es cuando Totto, la reconodida marca de morrales, maletines y maletas, entra en la ecuación. La compañía donó 900 metros de este insumo al tiempo que ofreció parte de su equipo de producción para escalar los moldes y así amplificar el impacto.

“Entregamos entre 10 y 15 trajes por equipo de trabajo en cada hospital, entendiendo que hay instituciones como el Hospital de Kennedy y La Samaritana que tienen varias Unidades de Cuidados Intensivos. La idea era hacerlo en diversos hospitales, de acuerdo con el equipo presente en estas unidades. Allí están en primera línea médicos, enfermeras, terapistas y quienes tienen un contacto directo con los pacientes”, explicó la profesora Velandia.

Trajes biomédicos para Medellín

En la capital antioqueña, una de estas iniciativas nació de la diseñadora de vestuario con énfasis en caracterización para medios audiovisuales y directora del laboratorio El Muñequero, Carolina Lebrun. Su intención era la de ayudar a brindar elementos de protección al personal de la salud y una fuente de ingresos a las personas del sector textil que se quedaron sin trabajo a causa de la pandemia: “al ver la preocupación de algunos familiares que son médicos por no poder proteger su vida y que muchos de sus colegas en otros países se están contagiando, decidí actuar”, aseguró.

Abrió entonces una convocatoria para conseguir el respaldo de quienes tuvieran máquinas de coser y logró reunir 200 voluntarios. Luego, se empeñó en conseguir la tela; fue justo en ese momento que encontró en Mónica Laverde, jefe de la carrera de Diseño de Modas de la Colegiatura, la ficha clave para lograrlo.

¿El reto? La creación de trajes biomédicos con características de durabilidad. Laverde tiene conocimiento especializado en materiales inteligentes, suministros textiles y proveedores, pero además la institución, gracias a la participación de la estudiante Valentina Piedrahita, desarrolló el prototipo de la prenda (moldería, escalado y ficha técnica).

“Para la Colegiatura y la carrera de Diseño de Modas la participación en este proyecto significa una oportunidad maravillosa para articularnos a un espacio colaborativo que surgió desde un encuentro de voluntades con una intención clara: transformar una realidad colectiva, específicamente la del sector de la salud y todo el equipo humano que lo conforma. Además, evidenciar nuestro propósito de aportar a la transformación consciente individual y social al ofrecer nuestros conocimientos y ponerlos a disposición de la sociedad para mejorar el panorama de la COVID-19”, afirmó Laverde.

Después, Colegiatura y El Muñequero dieron un paso más allá: encontrar materiales. Para ello, contactaron al Vicerrector de Sede de la Universidad Nacional Juan Camilo Restrepo, quien a su vez los conectó con Fabricato. “Una vez se tuvieron listos los primeros prototipos nos relacionamos con el gerente de la COVID-19 en la Gobernación de Antioquia, y es entonces cuando se da el acercamiento con los médicos del Hospital La María, quienes se probaron los trajes; se hicieron las correcciones basándonos en sus recomendaciones y volvimos a enviar una segunda prueba, que fue finalmente aprobada”, indicó Restrepo.

El material se puso a disposición de la Gobernación y entraron a licitación como proveedores para atender la crisis ocasionada por la pandemia. “Para la Universidad Nacional colaborar en este proyecto nos permite aportar a encontrar soluciones para el problema. Sabemos que tenemos una gran responsabilidad de apoyar al país desde nuestro conocimiento”.

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