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No querían ninguna moda que los rigiera y terminaron convirtiendo su estética en una influencia muy grande entre la juventud de los 90. La moda grunge se opuso a los excesos de los años 80 y su estilo acentuó un look pobre, muy alejado del lujo y de la vanidad yuppie.

Por Pilar Luna Fotos: Depositphotos y archivo particular

Lo primero que hay que decir sobre el grunge es que es la expresión más tangible de lo que se puede denominar como la verdadera antimoda porque quienes arrancaron el movimiento musical no querían expresar absolutamente nada a través de sus atuendos. Todo lo contrario, querían verse tan normales, tan del común y pasar tan desapercibidos, que sus prendas eran desgastadas, sucias, rotas, raídas… El grunge comenzó con la moda de los jeans rotos.

Pero como muchas de la modas más importantes que se han impuesto entre la juventud de cada generación, este hecho fue precisamente la que convirtió a la estética grunge en una moda que empezaron a utilizar, de una manera mucho más pensada, varios de sus seguidores. “El grunge no pretende expresar nada lo cual explica por qué carece de sentido que se convierta en moda… comprar grunge en la séptima avenida es absurdo”, dice James Truman, director editorial de Condé Nast.

La crudeza de la música grunge y el momento nihilista existencialista (la vida carece de significado) que se estaba viviendo en los años 90 representaron para la famosa Generación X una forma de anarquía extrema, que expresaban con una estética simple, donde arreglarse no era su prioridad y salir sucio era su consigna. La moda, en general, vivía un momento muy aburrido donde el minimalismo imperaba y el grunge llegó para asaltar de alguna manera esta forma de pensar y encontrar un camino en el que se dejara claro que el atuendo no era importante para nada. Pero terminó siendo muy importante, hasta el punto de que se convirtió en un gran movimiento de moda.

Pearl Jam fue otra de las bandas más significativas del grunge

Los años 80 habían dejado tal explosión de derroche y lujo que los 90 comenzaron con una timidez muy marcada en lo que tenía que ver con el vestuario. No era importante, ni significativo mostrar nada, representar algo o verse bien. Por el contrario, el grunge quiso recuperar un poco la estética hippie de años anteriores, mezclándole un toque folk, algo de punk y un poco de ecologismo. Todo era válido, pero nada era muy trascendental.

Grunge significa sucio y de ahí tomó un nombre que se tradujo en temas mucho más personales cuando se quería demostrar que “vivir sucio” era parte de la razón de ser de sus vidas porque no había ningún motivo para verse mejor. La cultura grunge quiso comunicar un disgusto por las cosas materiales y complejas con un marcado rechazo al mundo consumista, generando una gran pasión por el reciclaje de telas y todo tipo de accesorios y complementos. Usar la ropa rota y desgastada fue, entonces, parte fundamental de este estilo de vida que se convirtió en toda una filosofía que traspasó las barreras meramente musicales y se afincó entre la juventud como su gran ideología en una búsqueda desesperada de valores nuevos.

La camisa leñadora

Es un clásico americano, muy arraigada a su cultura, cuyo origen se remonta al siglo XIX proveniente de los inmigrantes de Inglaterra, que viajaron en 1863 a Oregon para unirse a su floreciente industria de lana. La camisa se inspiró en las mantas que trajeron (el reconocido cuadro tartán o escocés) para abrigarse durante su largo viaje y la compañía Pendleton las tomó como referencia y empezó a fabricar camisas con esos motivos. Inicialmente eran de lana porque nacieron para abrigar a los trabajadores de las industrias maderera y pesquera del norte de Estados Unidos y resguardarlos del frío y del viento que debían soportar durante sus largas jornadas al aire libre.

La camisa leñadora como un símbolo de la contracultura grunge que terminaron usando los grandes diseñadores en sus colecciones, como esta de YSL

El movimiento grunge asumió esta camisa leñadora (que también se conoce como camisa Pendleton) como su bandera. Fue su uniforme como una forma de rendirle un homenaje a estos trabajadores que son la quintaesencia de la cultura americana. Las usaban de lana o algodón abiertas sobre camisetas blancas y, normalmente, de cuadros rojos y negro o grises. El look se complementaba con jeans Levi´s 504 (otro clásico americano) o jeans desgastados, viejos y muy raídos. Eso sí, la plancha estaba prohibida.

Los zapatos fueron otro tema importante. Los Converse hechos de lona de algodón aparecieron en la era grunge como parte del uniforme de una imagen que quería mandar un mensaje austero, desaliñado y muy informal. Así que también empezaron a abrirse camino en medio de un look que buscó siempre parecer poco pensado, pero que siempre estuvo muy libretiado. Las mujeres usaban botas de cuero, estilo obrero que también fueron icónicas en su momento y las muy inglesas botas Dr. Martens empezaron a tener un protagonismo inusual entre un grupo de seguidores de la estética grunge, convirtiéndolas en verdaderos objetos de deseo. 

Los Converse de Kurt Cobain se volvieron icónicos

La moda de la antimoda

Los diseñadores entraron a formar parte de este nuevo movimiento de una manera muy peculiar porque, fieles a este filosofía, lo que al final se quería hacer del grunge era “no hacer moda”. Tanto que cuando Marc Jacobs decidió hacer una colección inspirada en esta tendencia musical, el veterano periodista André Leon Talley dijo que esto podía significar el fin de la moda.

El joven creador neoyorkino diseñaba prendas de confección industrial para Perry Ellis y en 1993 apareció en pasarela con una colección que proponía blusas de seda que parecían camisas de franela viejas y suéteres tejidos varias tallas grandes, intencionalmente, para dar la sensación de desamparo. El grunge fue para los grandes diseñadores un estilo espontáneo, nacido en las calles, del que se apropió la alta costura. Jacobs intentó recrear este estilo “pobre”, pero utilizando telas muy finas y con una hechura muy costosa para suavizar el impacto visual.

A partir de esto, muchos diseñadores y grandes marcas han adoptado el estilo grunge en varias de sus colecciones y en temporadas que van y vienen, demostrando que este movimiento musical que pretendió no convertirse en una moda históricamente ha sido uno de los más potentes en la industria tanto del casual, como la del lujo.

Los imprescindibles grunge

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