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La nueva línea de la diseñadora caleña regresa al minimalismo y recorre una filosofía que habla de la esencia de la mujer. Durante Colombiamoda lanzó la primera colección de MEV como una expansión de su marca.

Por Pilar Luna

Fotos: Cámara Lúcida para Inexmoda

 

Sigo con los análisis de las colecciones que se vieron durante Colombiamoda porque todavía hay “mucha tela que cortar”. Quiero hablar de la colección que presentó la caleña María Elena Villamil, quien ya tiene una basta experiencia en esta feria, y que esta vez se fue con una línea esencial que está lanzando bajo el nombre MEV, como parte de su expansión y deconstrucción de su marca.

Como ya es costumbre en la caleña, se inspiró en lo que más le gusta a ella: la arquitectura. Todas las colecciones de María Elena están llamada a rendirle una especie de homenaje a alguna escuela arquitectónica o artística y esta no fue la excepción. En esta ocasión miró un movimiento llamado Brutalismo, llegado de la época de la postguerra en los años 50, que habla de dejar los materiales en bruto y, por ende, propone un regreso a lo básico y a la belleza de las texturas en su forma original. El gran representante de esta corriente fue el suizo-francés Le Corbusier, quien es considerado uno de los grandes exponentes de la arquitectura moderna.

La diseñadora retoma en su propuesta parte de lo que significa este movimiento y lo vuelve ropa, algo que se identifica plenamente con su ya reconocido estilo vanguardista. Esta colección habla de minimalismo y de sacar la esencia de cada silueta como la mejor manera de resaltar cada prenda. María Elena recurre a Ethos, una filosofía de vida que ha investigado mucho y que tiene que ver con descubrir el ser desde su equilibrio espiritual, físico y mental para entender que se debe aceptar la naturaleza del cuerpo y dejar ver la belleza desde un solo punto de vista o desde unos parámetros establecidos. El desfile presentó mujeres de todas las tallas que usan el mismo tipo de siluetas y también propuso hombres usando las mismas prendas, bajo la nueva tendencia genderless, donde el género ya no es una diferenciación para el tipo de ropa que se usa.

La suma del negro y del blanco y la mezcla de algunos tonos neutros retoman la esencia de cada prenda que en sus formas básicas se acompañan de algunos detalles de diseño.

Con esta colección, bautizada Ser, María Elena Villamil propone algunas siluetas que no son comunes en su repertorio como minifaldas y vestidos cortos; y también trabaja un material poco común en ella como es el denim.

La diseñadora no deja de explorar con los cortes asimétricos, y tampoco renuncia a los volúmenes, pero en esta línea lo hace de una manera más sutil y con la convicción de que quiere recorrer un camino más minimalista. La filosofía de esta nueva línea es lograr tener unos básicos, pero sin olvidar su esencia y proponer prendas atemporales que se puedan usar en cualquier momento y ocasión.

 

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