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Esta dupla de talentosos creativos fue la encargada de cerrar Colombiamoda 2019 y lo hizo por lo grande. Una colección que le rindió homenaje a la alfarería, emocionando hasta las lágrimas.

Por Pilar Luna

Fotos: Cámara Lúcida para Inexmoda

 

Una profunda emoción fue lo que sentí cuando vi la pasarela de cierre de Colombiamoda, a cargo de la firma Alado. En el 2011 cuando esta dupla apenas empezaba a transitar por el camino de la moda, tuve la oportunidad de conocer su trabajo y llevarlos a la pasarela de INFASHION en un ejercicio constante de búsqueda y curaduría de nuevos talentos que hago desde hace ya muchos años. Por eso, cuando me enteré de que Alejandro González y Andrés Restrepo habían sido los escogidos por la organización para cerrar los 30 años de la feria, me sentí feliz de ver lo mucho que ha logrado esta talentosa pareja de creativos.

Y la verdad es que se ganaron cada uno de los aplausos recibidos la noche de clausura. Su colección no pudo ser mejor, gracias a que son absolutamente disciplinados en todo el proceso que implica un desarrollo creativo de estas proporciones. Tanto en inspiración, como en investigación, en desarrollo de ideas, en exploración textil, gráfica y cromática; y, por supuesto, en puesta en escena, estos dos diseñadores cumplen a cabalidad con la rigurosidad que un compromiso de estos requiere.

Inspirados en el mundo del barro, de la cerámica, del suelo, de la tierra, le rindieron un homenaje a la alfarería y a las manos que la trabajan. Su propuesta, bautizada Terracota, tuvo los ingredientes necesarios para entender a cabalidad el punto de partida de esta colección como el referente de un viaje creativo muy bien concebido.

La colección pasó por varios momentos marcados muy bien por el ritmo de la música, por las siluetas propuestas, por los atavíos utilizados y por el mismo estilismo de las modelos. Los distintos tonos de la tierra: los de antes de ser mezclada con agua para volverse arcilla, los conseguidos después de ser trabajada con las manos y los obtenidos cuando se pasa por el fuego que la fija, estuvieron presentes de una manera muy bien lograda.

Las siluetas que en su esencia moldeaban las vasijas de barro resaltaron la magia de esta colección, que también se paseó por algunos de los motivos geométricos que se ven grabados en los famosos jarrones precolombinos. La propuesta también expuso algunas novias vestidas de blanco, en trajes dibujados con motivos pintados en azul y tomados de las famosas vajillas de Carmen de Viboral.

Después de ver varios desfiles cuyas propuestas parecen mezcladas en la misma vasija, la de Alado fue un oasis en medio del desierto que cerró con broche de oro la celebración de los 30 años de la Semana de la Moda de Colombia.

 

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