FOTOGRAFÍAS: CORTESÍA EMPORIO ARMANI
Con un espíritu decisivo y urbano que enfatiza en un nuevo concepto de la elegancia —descrito por la firma como “precioso sin ser frívolo” —, por estos días marca el paso en Bogotá la colección de Emporio Armani que hará de la individualidad el centro de gravedad del armario.
En sincronía con el auge de las tendencias retro (y especialmente, de las estéticas propias de las décadas de 1980 y 1990), el power dress de Armani se reivindica en el guardarropa; actualizado y con un aire más fresco —para algunos, se trata de la apuesta del modisto italiano para seducir al público millennial—, el traje masculino y la silueta angulada adquieren un tono dinámico al conjugar chaquetas cruzadas con pantalones sueltos, clásicos como la gabardina con detalles innovadores (como las hebillas técnicas) y chaquetas tipo bomber sin costuras con el legendario kimono.
El ingenio sartorial de la firma italiana sigue el mandato de las tendencias outdoor, que han marcado el paso durante todo el 2018. Los abrigos de badana y las chaquetas de piel de cabra con efecto pony confirman el homenaje que la firma Emporio Armani les rinde al montañismo y a las actividades al aire libre mediante su colección actual, estrenada recientemente en Bogotá y que se caracteriza por una amalgama de grises, negros y azules profundos, con acentos bien marcados en blanco (en el caso de las camisas) y algunos tonos frescos de verdes y azules, y metálicos como el oro y el bronce.
Mediante las dimensiones extra, los accesorios son una declaración de glamur sin dejar de ser funcionales; por ejemplo, la cartera crece en tamaño y mientras su interior es espacioso, su exterior se tapiza de texturas en alto relieve.
Con todo, se trata de un tributo a la fusión del glamur y del rigor sartorial, al estilo de las generaciones jóvenes que imponen sus propias reglas delante del armario.