Por: Jennifer Varela
Fotos: Cortesía Calvin Klein
INFASHION estuvo como invitado especial en el desfile de Calvin Klein de la Semana de la Moda de Nueva York. Su propuesta se inspiró en la famosa cinta Tiburón, con un poco de la estética universitaria que siempre suele tener.
Raf Simons disfruta el drama a la cabeza de Calvin Klein (CK). Desde hace dos años, cuando el diseñador belga tomó las riendas de la marca norteamericana (tras un paso accidentado por Dior y su estelar era en Jil Sander), las propuestas de pasarela de CK han subido el tono de su dramatismo, apelando a la intención de Simons de reinventar la clásica estética americana y sus componentes. Y es que ¿hay algo más estadounidense que el cine y las referencias a la gran pantalla? Muy difícil de encontrar. Así que, haciendo uso de esa identidad dramática, Simons invitó al edificio de las oficinas globales de Calvin Klein, iluminadas con una estela de luces rojas y un ambiente industrial que parecía salido de una película de suspenso, al público asistente a la Semana de la Moda de Nueva York para presentarle 205W39NYC. Infashion fue el único medio colombiano invitado.
“El paisaje de los Estados Unidos de América, de forma literal y psicológica, inspira a CK. Un viaje por los Estados Unidos de América conduce inevitablemente al borde del paisaje: la playa. Allí existe esta increíble idea de belleza, pero también de tensión: entre la tierra y el océano, una sensación de dos mundos que se encuentran, tal vez, colisionando”, aseguró Simons en una nota posterior de prensa sobre 205W39NYC (nombre que hace alusión a la dirección en la que tuvo lugar el show), comentando que Tiburónes el ejemplo perfecto en el que estos conceptos se encuentran. Y su intención era clara: hacer que los asistentes se sumergieran en la idea. Tras varios minutos de espera, el rojo de las luces dio paso a una proyección de mar azul en las paredes, con la conocidísima banda sonora de Tiburónde fondo, con la que las modelos desfilaron las piezas clásicas del American Sportswear, reinventadas para la ocasión.
Hubo algo para cada gusto: desde los blazers oversized traídos del universo masculino, pero vistos en hombres y mujeres, minifaldas estampadas con cortes asimétricos en la parte delantera para las fashionistas más jóvenes y hasta vestidos para la ejecutiva madura que ya no usa minifalda, pero se divierte con los estampados y diferentes texturas como plisados y fruncidos. Para ese tipo de clienta, Simons apeló a la fórmula del overol (clásico en el estilo norteamericano de los noventa) y creó una serie de vestidos de doble faz con un material parecido al neopreno, apropiado para la temática de agua, y que algunas modelos lucieron con la idea literal del overol, para dejar ver las camisetas temáticas de la película con un tiburón y la palabra Jaws, título original de la película en inglés.
En una vista previa de la colección de primavera, la marca había adelantado que parte de esta propuesta estaba inspirada en la vida universitaria y el paso a la adultez, que para Raf Simons fue fácil capturar con una seguidilla de suéteres y cárdigan de punto, junto con los abrigos más pesados, que dieron paso a una segunda parte de la colección en la que los materiales como el neopreno, salpicado con agua para efectos estéticos, se mezclaron con otros más delicados como la seda y los metálicos para la segunda gran referencia cinematográfica de la noche: la película El graduado. Tal como en la cinta que inmortalizó la figura de la seductora señora Robinson, los modelos de Calvin aparecieron más adultos, como en una especie de transición representada en birretes y abrigos a manera de togas, con bandas de flecos.
“Siempre me han fascinado los códigos de vestir de diferentes generaciones: madres e hijas, padres e hijos; cómo los cambios entre diferentes generaciones de familias reflejan los cambios de la sociedad estadounidense”, comentó Simons sobre su idea para esta parte del desfile. Al final, como en una graduación que da paso a la siguiente época de la vida, los jóvenes de Calvin Klein salieron entre un fondo de mar y rockestruendoso, mostrando una etapa intermedia en la que vestirse es divertido, pero puede ser tan abrumador como la vibración musical que nos mantuvo a todos en el borde de la silla, esperando al famoso tiburón.