Fotos: Cámara Lúcida
Con el cuero como base de su propuesta, Andrea Landa regresa al origen de todo y le imprime una cara distinta al material.
Una de las colecciones más destacadas del primer día de Colombiamoda fue la de Andrea Landa, una diseñadora a la que le hemos seguido el hilo desde hace varios años (se presentó en la Pasarela Infashion de 2015) y que demostró, como siempre, su gran maestría con el manejo del cuero.
Bajo el título de Wabi-sabi, el término con el que lo japoneses se refieren a la belleza de la imperfección, la diseñadora paisa le quiso rendir un homenaje a todo eso que no es perfecto y que, como el cuero, es incluso más bonito cuando está deteriorado y desgastado.
Con su marca Andrea Landa le ha dado otra cara al uso del cuero, con una experimentación de varios años, consiguiendo tener un sello muy propio y un estilo inconfundible. De ahí que cada vez logra acabados, texturas y siluetas más livianas, más bellas al tacto y más fáciles de usar, con un material que en su esencia es pesado.
Y esta colección es una gran muestra de eso: con un regreso al origen de todo, a las formas básicas, a las técnicas ancestrales, resalta la belleza de cada una de las texturas que consigue crear y demostrar que en lo imperfecto está el valor de cada prenda.
