Por Pilar Luna
Fotos: Showbit
La diseñadora holandesa Iris van Herpen presentó en París una de las colecciones más alucinantes que he visto. Una mezcla de tecnología y maestría en costura en la construcción de cada pieza.
Cada detalle de esta colección encierra un proceso impresionante de investigación, uso de la tecnología en la moda, experimentación con materiales diferentes, técnica, diseño, arquitectura y, por supuesto, costura impecable. Eso es lo que define a la Alta Costura, una denominación de origen llegada de Francia, que, en el caso de este trabajo de la holandesa Iris van Herpen, enriquece la técnica y la artesanía que es la esencia de esta escuela de moda, con una propuesta que se puede definir con una palabra: alucinante.
Vale la pena entrar a internet y ver cómo fue el proceso de construcción de cada pieza. Tiene que ver con vanguardia, pero tiene mucho más que ver con descubrir los materiales en su forma más pura y a partir de ahí empezar a armar siluetas diferentes, basadas en una verdadera ingeniería textil, que terminan convertidas en verdaderas obras de arte. La creadora explicó que por medio de fotogramas en segundos capturó el movimiento en milisegundos y así logró alterar la construcción de las telas. Y también lo hizo al contrario porque lo que finalmente quiso conseguir fue “ralentizar los tiempos”, como ella misma afirmó, con el fin de conseguir imitar perfectamente los movimientos de las aves, a través del estudio perfecto del drapeado de cada prenda.
Los cuerpos de las mujeres se convirtieron en pájaros y, a pesar de la gran experimentación, su propuesta es muy romántica y elegante. Su colección, bautizada Syntopia, se basa en las formas orgánicas que ya son una constante en ella y a esto se le suma una paleta de color capaz de llevar estas formas a su máxima expresión. Grises, turquesas, verdes, tonos neutros y un rojo intenso que le sumó mucho al espectáculo que ofreció la joven diseñadora.
