La colección crucero 2019 de la firma Dior, que se acaba de presentar en Francia, recuerda a las mujeres que practican la charrería mexicana.
Por Pilar Luna, Fotos: Showbit
Sin duda las grandes firmas de moda del mundo están mirando a nuestro continente e interesadas en las diferentes culturas latinoamericanas. Esta vez el turno fue para México (un referente permanente para muchos diseñadores) y Maria Grazia Chiuri se inspiró en el mundo de las mujeres que practican el deporte de la charrería para la colección crucero 2019 que acaba de presentar en París.
Conocidas como escaramuzas, estas mujeres son la versión femenina del famoso charro mexicano, símbolo de toda una cultura que habla de unas vaqueras modernas que dan bellos espectáculos coreográficos sobre sus caballos. La directora artística de Dior abrió su desfile en Les Grandes Écuries del Domaine de Chantilly en Francia, recreando un rodeo femenino cuyas protagonistas vestían la indumentaria tradicional de México.
El concepto de la creadora italiana no sólo busca rendirle un homenaje a toda una tradición latinoamericana, sino resaltar nuevamente esa actitud feminista que habla de una mujer moderna, empoderada, determinada decidida y muy femenina.
De esta manera, aparecieron sobre el escenario, mujeres con faldas acampanadas, pantalones anchos, camisas masculinas, chaquetas de cuero estilo bar (un icono de Dior de los años cincuenta que ciñe la cintura como si fuera un corsé), ponchos y varias siluetas más con cinturas muy marcadas. Igualmente, bordados tomados de dibujos exóticos de animales como serpientes, tigres y monos.
El blanco y negro volvió a ser la dupla predominante en las colecciones de Chiuri y el toque artesanal estuvo a cargo de pinturas hechas a mano en chaquetas que iban con tachuelas que decía Diorodeo. El juego de lo masculino con lo femenino, muy frecuente en la propuesta de la directora artística de Dior, también tuvo un papel predominante donde la cintura fue protagonista, mientras algunas prendas retomaron las camisas y corbatas propias del mundo ecuestre.
Los detalles de algunas prendas, como transparencias, bordados, troquelados y apliques, engalanaron la colección de su estética más romántica y recordaron que los estereotipos no son aceptados por las nuevas feministas.