Por Pilar Luna
Fotos: AFP
La boda entre el príncipe Harry y Meghan Markle tuvo varios ingredientes que la hicieron única y diferente. Usando el protocolo exigido para este tipo de acontecimientos, esta vez los mejores looks no fueron los de la nobleza europea, sino los de las celebridades de Hollywood.
Realmente es muy raro ver en un matrimonio de la realeza europea desfilar a celebridades de Hollywood como si estuvieran en una alfombra roja y, en cambio, no ver aparecer reyes y reinas, príncipes y princesas de los países que aún conservan monarquías. Pero la boda entre el príncipe Harry y la actriz Meghan Markle tuvo muchos matices diferenciadores y un tinte político que se convirtió en una especie de declaración de principios para demostrar que el amor triunfa sobre las diferencias (y también para decir que la realeza ha evolucionado porque el mundo ha cambiado). Esta vez la gran mayoría de invitados llegaron de Estados Unidos.
Los matrimonios de las monarquías europeas siempre van acompañados, no sólo de una cantidad de reglas que los invitados, por lo general, siguen a pie juntillas, sino también de muchos atuendos un poco aburridos y llenos de “lugares comunes” que los protagonistas eligen para “no desentonar” y no romper con el protocolo.
De entrada, la Casa Real pidió a las mujeres que llevaran sombrero y a los hombres que no fueran a usar medallas de ningún estilo para evitar el fiasco que se vivió en la boda del príncipe William en 2011, cuando David Beckham se colgó la suya en el costado equivocado. Este tipo de “errores” quisieron prevenirse esta vez motivados, además, por el hecho de que era una ceremonia diferente (muy sui géneris para los parámetros de la monarquía) en la que varios ídolos de la cultura pop estaban invitados. Esta vez, no hubo despliegue de títulos nobiliarios, ni rancia aristocracia luciendo vestuarios hechos a la medida del “deber ser” de la etiqueta, sino muchas mujeres sobrias y elegantes, vistiendo grandes firmas de moda y toques originales con detalles en sus sombreros, tocados, accesorios y complementos. Estos son mis favoritos.
AMAL CLOONEY EN STELLA MCCARTNEY
Sin duda una de las mejor vestidas de la boda real. No sólo porque el amarillo fuerte le queda muy bien, sino porque el hecho de haber elegido a Stella McCartney fue un gran acierto, gracias a que la diseñadora inglesa conoce perfectamente cómo debe ser el vestido ideal para una ceremonia como estas: sobrio, de falda midi, con una pequeña cola y escote discreto. Su sombrero y tocado muy acorde con el estilo y sin sobreactuaciones. Eso sí, Amal debió asesorar a George para que se fuera de sacoleva, la etiqueta para este tipo de bodas.
SOFÍA WELLESLEY EN RED VALENTINO
La esposa del cantante James Blunt fue una de las grandes sorpresas del evento, gracias a este vestido que usó de RED Valentino. No sólo por el colorido y moderno estampado, sino porque estaba hecho de macramé para darles a los dibujos florales un toque troquelado. También de largo midi y con cuello adornado con flores tridimensionales. Este traje fue tan exitoso que ya se agotó en la página web de la segunda marca de Valentino.
GINA TORRES EN COSTARELLOS
La compañera de Meghan en la serie Suits, se vistió del diseñador alemán Costarellos y para mí fue uno de los mejores looks. Un vestido bordado, semitransparente y con algunos toques en croché en tonos rojos y rosados, muy bien puesto. Sus complementos (sombrero, clutch y zapatos) en tono neutro la hicieron ver elegante, sofisticada y moderna.
OPRAH WINFREY EN STELLA MCCARTNEY
Otra que llevó un Stella McCartney y cuya silueta fue perfecta para la forma de su cuerpo. Un vestido inspirado en la lencería clásica (deshabillé) en rosa pálido con encaje en el cuello y en algunas partes de la falda que va hasta la rodilla. Lo mejor: su sombrero con un gran detalle de flor y plumas en el mismo tono del vestido.
KITTY SPENCER EN DOLCE&GABBANA
La prima del príncipe Harry fue una de las más admiradas por este vestido de corte en A, verde esmeralda, pintado a mano y firmado por la famosa casa italiana. La it girl ha desfilado para Dolce&Gabbana, así que era de esperar que usara uno de sus trajes. Su tocado del mismo tono, sus stilettos naranja y su minicartera de terciopelo, completaron muy bien el look, que siendo uno de los más llamativos, es elegante y un poco romántico.
SARAH RAFFERTY DE LANVIN
Este traje que llevó otra de las compañeras de elenco de Meghan es la prueba de que menos, es más. El detalle de las mangas es suficiente para brillar al ser lo más imponente, mientras que el color azul navy le imprimen el toque más sobrio y sencillo. Corte recto en la silueta del traje, tocado discreto y zapatos de tono neutro, complementan perfectamente este outfit.
CAREY MULLIGAN EN ERDEM
Un diseño floral que le da alegría al traje, al tiempo que le imprime romanticismo y un aire muy femenino con el lazo en el cuello. Falda midi, caída fluida, tonos de moda y una sutil discreción en los accesorios para que no riñan con el resto del look, hacen que este entre en esta lista.