Fotos: Lucas Cano
Bogotá como referente de la elegancia sartorial y los iconos que le dieron forma a su tradicional estilo de vestuario marcó el paso en el desfile de Faride Ramos en BFW 2018, quien además les rindió un homenaje a sus primeras puntadas en la industria.
Un homenaje a la sastrería bogotana, al atuendo del cachaco y a los referentes capitalinos asociados a la evolución de este arte como el Pasaje Hernández, el 20 de Julio, Chapinero, Monserrate la Sastrería Jiménez, marcó la pauta de la colección Bogotá Sartorial a través de la cual Faride Ramos volvió a sus raíces asentando costuras y taladrando las solapas sobre el cuerpo masculino.
Esa fue la gran novedad: los inicios de la momposina que reveló su pasión por Bogotá mediante una propuesta para hombres y mujeres en la que el tejido plano, los paños cheviot, ciento por ciento lana, recrearon la rigidez y la estructura sartoriales, mientras que algunas bases fluidas le dieron ese toque de indisciplina a la colección, reforzando el juego de contrastes y la androginia que han definido a su firma.
La apuesta de Faride para la temporada otoño-invierno 2018 será una evolución del universo que la ha acogido en la industria. Por eso, desnudó los procesos manuales que esconde la sastrería mediante la estampación por sublimación y transfer con motivos alusivos a los hilados, los pespuntes y todos los secretos que se transmiten en el taller de generación en generación. Asimismo, la diseñadora trabajó un crepé con apariencia de lana, para dotar de versatilidad sus diseños. “Entendemos los cambios climáticos y las diferentes temperaturas de todo nuestro territorio; además les seguimos los pasos a las tendencias de las transformaciones textiles”, explicó.
Texturas y tonalidades que le han dado el carácter al oficio, como el patrón Príncipe de Gales y el tartán gris y caramelo, fueron protagonistas y jugaron con el masculino/femenino mediante trajes de chaqueta y pantalón a juego con blusas de seductoras transparencias y escotes pronunciados que recrearon esa Bogotá glamurosa del siglo XX.
