Fotos: Lucas Cano
Celebrar la autenticidad como madre de todo y la moda con espíritu, guía cada puntada de Adriana Santacruz, la diseñadora que durante veinte años ha evolucionado las técnicas de tejido ancestral de las comunidades tejedoras de Nariño.
Por la carga de identidad cultural de su propuesta, la pastusa fue la invitada nacional a la edición 2018 de Bogotá Fashion Week (BFW) en cuya pasarela estrenó su colección para la temporada otoño-invierno 2018, titulada La ruana, que le rindió tributo a esta prenda y la actualizó mediante las estolas, los mantos y abrigos tejidos en telar —o guanga— vertical, horizontal y de cintura y que han definido el estilo de Santacruz.
En esta ocasión, sus míticos paños se contagiaron de geometría y no solo mediante los usuales juegos de asimetrías, siluetas envolventes y prendas con dinamismo y fluidez, también a través de los motivos de líneas y franjas (propias de la ruana de los indígenas pastos) en tonos violetas, uva, rosa encendido, marrón y verde.
Inspirada en tiempos inmemoriales, la contemplación del presente y el añoro del futuro, esta propuesta les dio fuerza a las técnicas de teñido menos agresivas con el ambiente, como el tye dye y el ikat sobre el algodón y la lana con pigmentos naturales a base de plantas como la chilca, la hierbabuena, el sauco, la caléndula y el barrabás, demostrando el interés de Adriana por hacer de la moda una aliada de la naturaleza.
Los brocados, por su parte, le dieron los acentos más glamurosos a La ruana, la propuesta de prêt-à-porter que estuvo complementada con los accesorios de Danielle Lafaurie, el calzado del sello bogotano Divina Castidad y los pantalones y las blusas de Barmelio. Asimismo, veremos a Adriana Santacruz en el Market Experience bajo el concepto Tradición.