Por: Pilar Luna
Debo confesar que en varios escenarios y en más de una ocasión me han preguntado: ¿qué tiene Johanna Ortiz?, ¿qué es lo que hace que su negocio sea tan exitoso?, ¿cuál es su secreto? Pues bien, como muchos de estos fenómenos no se trata propiamente de la conjunción de los astros o de una fórmula mágica con la que la diseñadora ha logrado llegar a la cima de la moda mundial, sino de la mezcla de varios ingredientes que, además están bien “aspectados”, han hecho que hoy sea la creadora más importante del país. Tanto, que la caleña ya recibió llamada directa de Anna Wintour para invitarla junto con su mejor modelo por estos días, Amal Clooney, a un coctel en honor de la nueva directora de Glamour.
Voy a tratar de contestar todas las preguntas desde un análisis objetivo de lo que significa hoy la diseñadora Johanna Ortiz para la moda colombiana. He seguido su carrera desde que arrancó con sus primeros desfiles en Cali, Bogotá y Medellín y ya entonces se notaba este fenómeno: en cada presentación dejaba siempre un sabor dulce entre el público y muchos aplausos a su paso.
Johanna fue creciendo, poco a poco, con un sello que nunca ha abandonado. Su propuesta está marcada por ese toque latino tan cotizado ahora en el mundo de la moda, sin perder la sofisticación que exigen estrellas y celebridades del mundo, como Amal, a la hora de usar la propuesta de una diseñadora emergente como Ortiz. La colombiana tiene en su propuesta la mezcla perfecta entre la sensualidad latina y la sofisticación europea: un coctel explosivo. A la hora de crear, sus raíces son su mayor diferenciador y más cuando el mundo entero está mirando a nuestro país.
Y en este recorrido se ha dicho que Johanna se repite mucho con algunas de sus siluetas: los hombros afuera (una de sus máximas de sensualidad), los boleros de influencia española y las camisas masculinas convertidas en una prenda muy femenina y muy cómoda. Pero con la reiteración de estas siluetas ha logrado tener un sello propio y encontró su estilo, algo que solo alcanzan los grandes creadores del mundo.
Otro de los aspectos que la ha catapultado internacionalmente es la inversión que ha hecho siempre en su taller, en sus materiales, en sus tiendas, en el servicio al cliente, en mercadeo, en una auditoria impecable de sus proveedores y en todo lo que implica un negocio de moda bien montado, haciendo que su modelo sea realmente viable y rentable (algo que no han logrado muchos diseñadores en el país). Ortiz ha sido muy clara con lo que quiere alcanzar con su firma y de cara a lograr sus objetivos internacionales no sólo implementó un sistema de control de calidad que raya en la perfección, sino que contrató una empresa especialista de consultoría que se encargó de ponerla en las plataformas de moda más importantes y también de que varias celebridades lleven su ropa en eventos destacados y en alfombras rojas importantes.
Todo esto hace parte del fenómeno Ortiz, pero pienso que lo que más tiene la caleña es un enorme talento y una gran perseverancia, entendiendo que se puede tener todo en la vida, pero sin el carácter y las ganas de hacerlo no se llega a la cima.