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Por @itamaria83

 

La moda es una industria de constante cambio y en este preciso momento es claro para todos los que trabajamos o nos interesamos por las tendencias —esas que hasta hace poco se confirmaban en pasarelas cada seis meses— que nos encontramos ante un punto de quiebre y no retorno en el manejo de colecciones y estacionalidad; las temporadas como las entendíamos, siendo un país sin estaciones pero obligado a seguir el ritmo de las marcas globales, se desdibujan frente a nuestros ojos, así que cada vez se hace más difícil concentrarnos en un puñado de tendencias y cobra más relevancia el mensaje de cada temporada y el espectro de historias, colores, siluetas, estampados y estilismos que se desprende de él. Ya no tiene sentido hablar de temporadas hippie, boho, sporty o cualquier adjetivo anglo que podamos finalizar en chic; tenemos temporadas hiperconectadas entre sí que toman un poco de cada corriente para armar una oferta completa, acorde con el mensaje principal, que no es estático y va desarrollándose y modificándose con las tensiones del momento.

 

Phillip Lim

 

Así que resumiremos brevemente el mensaje que nos transmitieron las colecciones primavera/verano 2018 durante las semanas de la moda del pasado mes de septiembre, que ya están comenzando a llegar a las calles y a las redes sociales, incluso antes que a las propias tiendas, cortesía del see-now/buy-now (y del see-now/copy-now). Vivimos tiempos de cambios y adaptación, relevos generacionales, cambios en las escalas de valores y en las relaciones de poder, fusión de géneros y estéticas y, por supuesto, las colecciones y la moda, finalmente, terminan por reflejar todo esto. Esos cambios, que nos han permitido relajar la vestimenta en los últimos años, justo ahora nos piden formalizar un poco el vestuario, enfocándonos en los estilismos Hi-Lo, con superposiciones y prendas más funcionales y utilitarias. Será una primavera/verano (o incluso un año completo) de fusión y versatilidad que nos alejará del look normcore y casual de temporadas pasadas, sin sacrificar el confort y nos acercará más a lo formal y a un look más maduro, capaz de unir lo femenino y lo sartorial.

 

Alexander McQueen – Bottega Veneta

 

Para ello, los looks de sastrería, blazers y vestidos tipo blazer, los hombros estructurados, así como los pantalones masculinos serán clave, equilibrados con detalles femeninos como el énfasis en la cintura en siluetas paper-bag y cinturones de tela incorporados a las prendas o cordones imitando la forma del corsé, sacos cropped, blusas con transparencias, ruffles, boleros, lazos y mangas voluminosas (que se mantienen desde temporadas pasadas). Fusión de géneros y balance entre categorías enmarcadas en vestimentas de poder y el power dressing que acompaña el desarrollo de un nuevo feminismo en el ambiente laboral.

 

Christian Dior – Diesel Black Gold – Kenzo

 

El confort continúa por cuenta de los pantalones de pierna recta y silueta amplia y los culottes, dobladillos acortados, cinturas alta y pantalones tipo sudadera, llevados en looks más formales como clave del estilismo Hi-Lo. De la versatilidad se encargarán los looks en sobreposición de capas, ya sea con vestidos tipo bata y kimonos sobre pantalones y jeans, o blazers largos desestructurados sobre vestidos sueltos, que fusionan la comodidad del look de descanso con ocasiones de uso de temporada como playa y festivales. Los vestidos de dos piezas que permiten crear diferentes looks y prendas utilitarias como gabardinas y camisas en tonos nude y estampados camuflados completan el armario para las más prácticas.

Seguimos con la nostalgia de los noventa de temporadas anteriores, pero agregamos un guiño a algunas tendencias del 2000, como los acordonados, pantalones tipo baggy, el terciopelo y el velour. En cuanto al color, será una temporada optimista y festiva, también teñida de nostalgia por estas dos décadas, con el amarillo gen Z y el ultravioleta en el corazón del espectro de moda, acompañando bases tranquilas de blancos, nudes, rosas cocidos, tonos vino y azules, toda la gama de pasteles y naranjas y rojos vibrantes.

Bienvenida entonces esta temporada de fusiones y versatilidad que permitirá mucha más exploración de estilos, marcas y propuestas de diseño y una mayor explotación de la moda misma como instrumento de expresión y manifestación que iremos acompañando con el paso de los meses.

 

Kenzo – Lacoste

 

Stine Goya –

 

Stine Goya – Valentino

 

 

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